La competitividad de Colombia mejoró en los últimos años, pero sigue siendo una asignatura pendiente del país para no quedar rezagado en la región, según un informe revelado este jueves en Bogotá.
“El progreso reciente de Colombia es innegable, la evidencia da cuenta de avances en múltiples frentes”, manifestó la presidenta del Consejo Privado de Competitividad (CPC), Rosario Córdoba Garcés, al presentar el “Informe Nacional de Competitividad 2018-2109” en un acto al que asistió el presidente colombiano, Iván Duque.
La directora detalló que entre “los logros recientes del país” se encuentra la inversión en infraestructura, la cobertura en salud y educación, la atracción de inversión extranjera, la solidez macroeconómica y la reducción del desempleo, la pobreza y la desigualdad, entre otros.
No obstante, resaltó que hay “tareas pendientes” que Colombia debe hacer para lograr “cambios estructurales” que generen una mayor competitividad.
Entre ellas, el informe destaca cambios en materia de justicia, de lucha contra la corrupción, mejora de la educación, la salud, en logística, economía digital, financiación empresarial, sistema tributario, comercio exterior, pensiones y mercado laboral.
Según el documento, Colombia debe mejorar su sistema educativo ya que solo el 13.9% de los programas de pregrado y posgrado de educación superior tiene acreditaciones de alta calidad.
De igual forma, hizo un llamado a “eliminar las barreras no arancelarias innecesarias” para reducir costos y detalló que el comercio de bienes y servicios representó el 35.4% del PIB del país en 1990, mientras que el año pasado esa cifra fue de solo el 34.9%.
Además, el informe señala que Colombia se encuentra por debajo del promedio de velocidad de conexión a internet de América Latina y que en el sector industrial solo el 20% de las empresas realiza ventas en internet.
Córdoba explicó que estos resultados se reflejan en estudios como el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, en el que el país pasó del puesto 61 en 2015 al 137 en 2017, mientras que en el “Doing Business” del Banco Mundial descendió del 51 al 65 en el mismo periodo.
“El reto es consolidar los pasos que se han dado en la dirección correcta y actuar con decisión para avanzar en los que se está pendiente”, agregó.
Por su parte, el presidente Duque señaló que su Gobierno trabajará para reducir la “informalidad laboral”, pues este factor, según él, impacta negativa y directamente en la competitividad del país.
“La discusión de competitividad hay que llevarla a los temas más prácticos y sensibles y al más grande de los desafíos que tenemos: La informalidad, y la informalidad termina afectando estructuralmente la competitividad”, señaló el mandatario.
Duque afirmó que la informalidad laboral amenaza la sostenibilidad fiscal, las pensiones y el sistema de salud, y agregó que los países con mayores índices de competitividad son los que “han tenido un proceso de formalización laboral más elaborado”.