Las carreteras dominicanas, con excepción de algunas de las que han sido construidas recientemente, requieren urgentemente la inversión de las autoridades. Si bien el país ha quedado entrampado con algunas vías que hoy son más costosas que haber tomado un préstamo para su construcción, y no dejar que sean administradas con ventajas “muy ventajosas”, hay otros aspectos que merecen la atención urgente.
Sin ánimo de entrar en detalles mínimos, lo cierto es que el descuido que presentan algunas vías parece “adrede”, porque no se explica que aun pagando peajes, en algunos casos hasta dos estaciones muy cercas, no se justifica que estén llenas de hoyos, roturas peligrosas, sin iluminación y con una vigilancia que deja mucho que desear.
República Dominicana es un destino turístico y como tal debe entender que quienes nos visitan necesitan transitar con seguridad. Por supuesto, a los dominicanos, con más razón, también les gustaría sentirse más seguros.