La pregunta que muchos nos hacemos es ¿qué me conviene más, invertir en acciones o bonos? Esta es una de las preguntas más comunes que los inversionistas les hacen a sus asesores financieros. Para la mayoría de los inversionistas, la respuesta es probablemente en ambos, aunque no siempre es el caso para todo el mundo. Resulta primordial conocer las diferencias entre los dos activos antes de tomar decisiones financieras.
Los bonos son instrumentos de renta fija, mientras que las acciones son activos de renta variable. Tal y como indican sus nombres, los precios de las acciones suelen ser más volátiles, por lo que típicamente esto equivale a mayores rendimientos como contrapartida al costo de tener mayor riesgo que los bonos.
Las acciones solo pueden ser emitidas por corporaciones del sector privado, mientras que tanto entidades gubernamentales como privadas pueden levantar capital a través de colocaciones de títulos de deuda en el mercado de valores.
Cuando inviertes en acciones te conviertes en propietario de la empresa en la parte proporcional de las acciones que compraste. Si optas por invertir en acciones puedes obtener beneficios a través de ganancias de capital o pago de dividendos no garantizados. Como tenedor de bonos, eres un acreedor de la entidad y ya conoces de antemano los cupones fijos que recibirás en adición al valor nominal al final del plazo de la inversión (esto es cierto si no vendes tu título de deuda antes de la fecha de vencimiento).
En fin, en caso de que la empresa quiebre, los bonistas tienen prioridad de pago antes que los accionistas. El porcentaje de acciones y/o bonos que mantengas en tu portafolio de inversión depende de tu perfil de inversionista.