El concepto de arbitraje se define como la diferencia en el precio de dos activos o valores similares transados en dos mercados bursátiles distintos.
En los mercados accionarios, el arbitraje es una operación donde se compra una acción en un mercado y luego se vende de forma simultánea en otra bolsa de valores, aprovechando el diferencial de precio para obtener un beneficio. El arbitraje ocurre de forma esporádica debido a ineficiencias puntuales en los mercados.
A continuación, veremos un ejemplo práctico sobre el funcionamiento de una operación de arbitraje. Supongamos que la acción de la compañía A se cotiza a US$40 en la bolsa de Nueva York (NYSE), mientras que el mismo valor se vende a US$40.05 en el London Stock Exchange. Un operador bursátil puede comprar dicha acción en el mercado accionario de Nueva York e inmediatamente vender el activo en Londres, resultando en una ganancia de 5 centavos por acción. El valor de las divisas, por supuesto, juega un papel importante en la ganancia, y en este caso en concreto, la libra esterlina es más cara que el dólar estadounidense.
También la transacción puede darse de forma inversa, es decir, vender la acción más cara en un mercado y comprarla a un precio más económico en otro. El arbitraje que ocurre en los mercados de renta fija y accionarios hoy en día es posible debido a computadoras especializadas con capacidad de procesar altos volúmenes de transacciones y explotar estas mínimas diferencias de precios para obtener beneficios. El operador bursátil podría continuar generando dinero a través del arbitraje hasta que los especialistas en ambos mercados ajusten el precio y eliminen la oportunidad de obtener un beneficio.