La Ley 155-17 contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo exige mantener actualizados los expedientes de los beneficiarios de las actividades comerciales que se relacionan con las empresas.
Es por esa razón, que la experta Ana María de Alba sugirió al sector financiero conocer a sus clientes, monitorear su comportamiento y educarlos para que entiendan la importancia y las consecuencias de la nueva normativa.
“Ya sabemos históricamente como los malos se mueven y lo que hacen para lavar dinero a través de una institución. Ya existen patrones específicos. Todavía estos actores que están haciendo actividades ilegales siguen utilizando el mismo patrón”, explicó de Alba, CEO y presidenta de la firma consultora CSMB (Consulting Services for Banking and Management).
Durante la conferencia “Riesgo Bancario, Delitos Financieros y Ley Antilavado”, la experta ofreció consejos útiles que las entidades financieras deben tomar en cuenta cuando establecen y mantienen relaciones con los proveedores de servicios profesionales y sus clientes.
“El efectivo sigue siendo el rey en el mundo criminal”, destacó de Alba. Además, reconoció que “existen muchas otras formas de lavar dinero sin utilizar efectivo”.
Asimismo, detalló que como los que realizan esas acciones saben que ya no pueden ir al banco con grandes cantidades de dinero en efectivo, van a empezar utilizar otros sectores, como por ejemplo comprando artículos de alto valor para después venderlos.
Manifestó que una de las debilidades de la nueva ley es el poco tiempo que ofrece al sector financiero para reportar anormalidades.
En ese sentido, afirmó que llegará el momento en que se hagan ajustes al reglamento para que le permita realizar la debida investigación antes de elaborar el reporte.