Ya es muy conocido el dato de que Estados Unidos es el principal socio comercial de República Dominicana, ya que hacia esa nación llega casi la mitad de nuestras exportaciones. El segundo socio comercial del país es el vecino Haití.
Pero con respecto a Estados Unidos tenemos una desventaja muy grande que se expresa en nuestra balanza comercial negativa, ya que si bien es la nación hacia donde más exportamos, también es desde donde más importamos.
Para tener una idea basta con ver las cifras del año pasado. Nuestras exportaciones a Estados Unidos sumaron US$4,746.2 millones, mientras que nuestras importaciones desde esa nación alcanzaron los US$7,827.5 millones, para una balanza negativa de US$3,081.3 millones.
Sin embargo, en los primeros seis meses de este año ha habido una ligera mejoría en cuanto a la reducción de la balanza negativa. Esto así, porque en 2017, durante los primeros seis meses, el intercambio entre República Dominicana y Estados Unidos fue de US$6,211.2 millones (US$2,333.1 millones exportados y US$3,878.1 millones importados), con una balanza negativa para nosotros de US$1,545 millones.
En tanto que para los primeros seis meses de este año, el intercambio suma US$6,611.3 millones (US$2,619.9 millones exportados y US$3,991.4 millones importados), pero con el agradable dato de que la balanza comercial negativa para nosotros se redujo a US$1,371.5 millones.
Eso indica que si bien nuestras importaciones desde Estados Unidos aumentaron en los primeros seis meses de este año en US$113.3 millones (2.9%), nuestras exportaciones hacia esa nación crecieron en mayor proporción al superar en US$286.8 millones (12.3%).
Lo ideal sería que continuara pronunciándose la tendencia de aumentar nuestras exportaciones en proporciones mayores a las que aumentan las importaciones desde esa nación, para seguir estrechando la balanza comercial negativa.
Otro aspecto a destacar en relación con la política comercial de Estados Unidos es el referente al tratado de libre comercio de esa nación con los países de Centroamérica y República Dominicana, conocido como DR-Cafta.
Este tratado, que se firmó en 2004 y entró en vigencia en distintas fechas para cada país socio entre 2006 y 2007, ha sido favorable para Estados Unidos, pues su balanza comercial con la región ha ido en crecimiento y, de hecho, mantiene ventaja con cinco de los seis países envueltos en el acuerdo.
Lo anterior no es bueno, pero tiene como elemento positivo el hecho de que mientras Estados Unidos tenga ventaja comercial en el DR-Cafta, su gobierno difícilmente decida revisarlo para mejorar su ventaja, pues de hecho, ya la tiene.
Las estadísticas del Departamento de Comercio de Estados Unidos indican que en los primeros seis meses de este año, sus exportaciones superaron por mucho sus importaciones desde República Dominicana, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Honduras.
Estados Unidos sólo tiene balanza comercial negativa con Nicaragua, pero el monto es muy bajo, debido a que es el país con el que menos intercambio comercial tiene en el DR-Cafta.
En República Dominicana han surgido algunas voces que desean una revisión del DR-Cafta en procura de “mejorar” las condiciones locales ante el gran gigante de América. Sin embargo, pierden de vista esos dominicanos bien intencionados, que Estados Unidos, nunca accedería a revisar un tratado comercial si es para afectar su posición dominante.
Entonces, ha de suponerse que si eventualmente Estados Unidos accediera a revisar el DR-Cafta, lo cual no ocurrirá, sería para aumentar sus ventajas y no para reducirlas.
Dada esa realidad, lo conveniente para los dominicanos y para los cinco países de Centroamérica involucrados es que Estados Unidos no ponga en su agenda la revisión del DR-Cafta.
Mientras tanto, lo que deberíamos hacer los países miembros de ese tratado, especialmente República Dominicana, es identificar mecanismos efectivos de competitividad para aumentar nuestras exportaciones y desacelerar el ritmo de crecimiento de las importaciones desde esa nación.
Cuando hago referencia a los países de la región y digo “especialmente” República Dominicana, es porque si bien somos nosotros en mayor exportador del DR-Cafta a Estados Unidos, también somos el mayor importador y el que tiene la balanza comercial negativa más amplia, superando los US$3,000 millones anuales de desventaja comercial.
Es hora de que el Gobierno y productores locales se concentren en sus necesidades internas para conquistar más mercados externos.