Una investigación realizada por el Centro de Estudios Económicos y Sociales P. José Luis Alemán, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), financiado por la Cámara Americana de Comercio (Amcham-DR), pone en perspectiva el tratado de libre comercio firmado entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta).
Este acuerdo, que marcó un antes un después en las relaciones comerciales dominicanas con la región, se firmó en un contexto en que había que firmarlo sí o sí. En todo caso, el país no podía quedarse fuera, porque era una (y debe serlo aún) oportunidad que habrá de aprovechar para expandir la economía dominicana a través de las exportaciones.
Todo parece indicar que República Dominicana no se preparó para el artículo 3.3 del DR-Cafta, que contempla un calendario de desgravación arancelaria para diversos grupos de productos, separados por canastas o plazos de desgravación, según su clasificación arancelaria. Aquí se especifica el período de liberación para que todos los productos lleguen a su libre comercio entre los países del acuerdo para 2025.
El calendario de desgravación tiene un período establecido de 20 años, siendo el año 2005 categorizado como el “Año 1” del acuerdo, hasta llegar al año 20, que vendría a ser el “2025” como la frontera al libre comercio de todos los productos negociados.
Respecto a los productos, al momento de firmar el acuerdo, cada país presentó su lista de productos con sus respectivos plazos de desgravación, por lo cual la composición de los productos es diferenciada de un país a otro.
Al analizar la estructura de la composición de los productos por canastas, según el estudio en cuestión, se visualiza en cuáles líneas se encuentran los productos sensibles de la producción nacional para cada nación.
Las categoría o canastas de desgravación del DR-Cafta son las siguientes: A: Inmediata; B: 5 años; C: 10 años; D: 15 años; E: 15 años; F: 20 años; G: Continúan recibiendo tratamiento libre de arancel y H, que continúan recibiendo tratamiento de nación más favorecida (NMF).
Pero antes que lamentarse, lo que el estudio de PUCMM recomienda, entre otras acciones, es realizar estudios encaminados a explicar la o las razones que causan el comportamiento registrado por uno u otro sector de interés en el ámbito del Acuerdo. Además, sugiere hacer un levantamiento de caso sobre las características, prácticas y habilidades de particulares o de grupos de exportadores. Esto así, sustenta, porque las variables macroeconómicas por sí solas no permiten evaluar la incidencia e impacto del DR-Cafta en el comercio internacional dominicano con Estados Unidos.
En todo caso, destaca la necesidad de institucionalizar programas de capacitación y de asistencia técnica, así como de financiamiento y apoyo a la producción, a favor de la población exportadora, principal mas no exclusivamente, en el ámbito de las oportunidades perdidas. En materia educativa, considera urgente diseñar e implementar programas de postgrado para administradores de empresas exportadoras.
A una década de implementarse, y partiendo de los resultados a la fecha, es urgente que se animen todos los actores involucrados en aprovechar las oportunidades que aún tiene el DR-Cafta para República Dominicana. Un aparato productivo sometido a la presión del mercado internacional habrá de ser más competitivo y eso es lo que se espera del país y sus protagonistas.