Apenas un 3.5% de los docentes de las universidades e institutos de enseñanza superior de República Dominicana cuenta con un título de doctorado, según cifras oficiales que apuntan además a que el 22.8% sólo hizo estudios a nivel de grado, el 57.1% cursó una maestría y el 12.8% una especialidad.
De acuerdo al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), para 2015 las universidades e institutos bajo su supervisión contaban con 480,103 alumnos que recibían la enseñanza de 18,809 docentes (57% hombres y el 43% mujeres), el 76.7% en el sector privado.
El cuerpo docente incluía a 97 cubanos, 92 españoles, 52 estadounidenses, 38 colombianos, 38 haitianos y 30 argentinos. Los centros contaban con 14,245 trabajadores en sus áreas administrativas.
Los centros de enseñanza superior contaban con 650 docentes con estudios de doctorados (563 en 32 universidades, 82 en doce institutos especializados y 5 en cinco institutos técnicos). Solo la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) superaran el número de 100, con 130 y 104, respectivamente.
Las demás contaban con un bajo número de docentes con título de doctor, como Intec (58), Utesa (55), Unapec (41), Unibe (25), UNAD (17), Ucateci (16), UNPHU (14), UCSD (12), UCE y O&M (8) y UCNE (5). Algunas solo tenían uno, como Uniremhos y Unica, o ninguno, como INCE y Utesur.
El Centro Interuniversitario de Desarrollo (Cinda), una red internacional de universidades, presenta una evaluación de 16 países ordenados de mayor a menor participación con personal con grado de doctor para el año 2014. En esa lista, República Dominicana ocupa la sexta posición entre las naciones con el número más bajo, lo cual refleja sus desventajas frente los cuerpos docentes de Cuba, Chile, Panamá o Nicaragua.
“Hay pocos doctores en el país, y aún menos con el doctorado fuerte (Ph.D.)”, dice Julio Sánchez Maríñez, rector del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (Isfodosu). “Muy probablemente nuestra capacidad de retener doctores en el país es baja”.
“Si bien no tenemos datos exactos, lo cierto es que parte de los dominicanos con doctorado los perdemos, ya sea porque tras concluir sus doctorados (en el extranjero) no regresan al país o porque emigran tras haber retornado”, analiza.
Explica que, para agravar la situación, terminaron los tiempos en los que el “campo socialista”, encabezado por la desaparecida Unión Soviética, ofrecía programas de becas de maestría y doctorado que, a su vez, estimularon, durante la “guerra fría” a que Estados Unidos también acogiera a estudiantes, a través de programas como el Plan Reagan para la Cuenca del Caribe.
El rector del Isfodosu insiste en que, en contraste con otros países, ni el Estado ni las universidades, ni otras instituciones y organizaciones sociales, priorizan la necesidad de mantener programas para formar doctores que se reinserten en la vida laboral del país y en los cuerpos docentes de las universidades, como sucede en naciones como Ecuador o Panamá.
“Lo peor es que las propias universidades y centros de investigación no reclaman que el Estado establezca tal tipo de programas. Como tampoco están dispuestas a co-financiar los mismos”, dice.
Sánchez Maríñez lamenta que exista una “muy baja valoración del conocimiento en nuestro país, especialmente de la producción local de conocimiento científico, tecnológico y humanístico, por más que en el plano del discurso, como retórica, algunos puedan afirmar lo contrario”.
Invertir más en educación superior
Desde el punto de vista del MESCyT los docentes tenían, para 2015, una carga general de 27 estudiantes de (26 para las universidades, 10 para los institutos especializados y 9 para los institutos técnicos).
Santiago Guillermo Ventura, presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (Faprouasd), entiende que las autoridades de República Dominicana y las universidades privadas deben “invertir más en la formación continua del docente”.
Considera que las universidades deben contratar docentes “a tiempo completo”, además de remunerarlos de manera adecuada para que “no requieran salir a buscar otro empleo” para sobrevivir. “Una contratación a tiempo completo nos dará a un docente que investiga, crea nuevo conocimiento, ayuda al rediseño y actualización de contenido de las clases”, dice.
De acuerdo al MESCyT, en 2015, el 79.9% del cuerpo docente de los centros de estudios superiores estaba contratado “por hora” y el 7.2% “a medio tiempo”. El 12.1% estaba dedicado a enseñar “a tiempo completo” y “apenas el 0.31% tiene dedicación exclusiva”.
Un docente de una universidad privada para clase media muestra un recibo de pago: RD$4,736 al mes, de los que cobró RD$4,456 después de algunas deducciones, por impartir tres sesiones a la semana, con un total de 68 alumnos. Al final recibe RD$222.80 por cada hora en el aula.
La estatal UASD, que tiene uno de los niveles salariales más alto, paga por hora de teoría en aula desde RD$679.28 a un profesor titular hasta los RD$427.79 a un provisional.
Para Guillermo Ventura resulta indispensable que un profesor disponga de una remuneración adecuada para poder seguir su formación. Entiende, además que cuando la carga de estudiantes por sección de clase supera a los 20 alumnos se agota al docente y, por consiguiente, se limita su capacidad de continuar con su formación.
Sostiene que las universidades podrían empezar por reconoce que sus docentes “son profesionales de alta valía y no obreros”. “El salario debería ser entre US$3,000 hasta US$6,000 al mes. Tenemos que cambiar el modelo económico y transaccional con que se mira la educación superior en República Dominicana”, insiste. “Es un derecho, no una mercancía o servicio que se compra o se vende, y representa el soporte del desarrollo sostenible de una nación”, apunta.
Más doctorados en el área de los negocios
La mayor cantidad de docentes universitarios con título de doctorado con los que contaba República Dominicana en 2015 se formaron en el área de negocios (96), humanidades (94), ciencias (85) y ciencias jurídicas y políticas (84). Según los datos del MESCyT, artes existen 5, en agropecuarias y veterinarias 6 y en salud 56. En educación la dependencia registró 75 y en ingeniería y arquitectura 49.
Los datos oficiales apuntan a que el 55.5% de todos los docentes de educación superior se concentran en el Distrito Nacional (10,440 de 18,809). En cambio, en Santiago, la segunda provincia con mayor número, registraba 2,796 (14.9%). En Santo Domingo había en 2015 un total de 1,619 docentes universitarios (8.6%). Además, que el cuerpo docente estaba compuesto por 10,716 hombres (57%) y 8,093 mujeres (43%), según los datos del MESCyT.