Tengo 160 apps instaladas en mi móvil, organizadas en una veintena de carpetas, distribuidas de la forma más conveniente y accesible, de acuerdo a su frecuencia de uso. Ese es uno de mis trucos para sobrevivir en un mar de apps, acceder en apenas segundos a cualquier aplicación y, de paso, hacer que la pantalla de mi móvil luzca como una pieza de diseño.
Para lograrlo, lo primero que hice fue depurar las apps, eliminando las que no uso y organizando las restantes en carpetas y designándolas según su uso. Para crear las carpetas, arrastro una app y la coloco sobre otra que sea afín. Luego, la nombro como la pueda recordar más fácilmente: “Viajes”, “Prensa”…
Así, tengo carpetas de meditación y relajamiento, entrenamiento, salud, oficina, prensa, redes sociales, Instagram (una carpeta con varias apps relativas a esta red), administración, clima, bares y restaurantes, movilidad o transporte, almacenamiento, herramientas financieras, música, presentaciones gerenciales, podcasts, videos, compras…
En cierto sentido, lo que he hecho es aplicar en el móvil el famoso método de organización de espacios creado por Marie Kondo, para conseguir una mejor administración del tiempo y eficientizar las propias capacidades del celular en cuanto a duración de batería, velocidad, memoria y usabilidad.
Como uno de los grandes retos de este tiempo es poder lograr y mantener la concentración por un tiempo más o menos prolongado, sin ceder a las distracciones del propio móvil, entre otras tentaciones, tengo una carpeta dedicada a reunir las apps que me ayudan a conseguir ese objetivo.
En ese grupo, destaca la app OFFTIME, que programo para que no entren llamadas ni notificaciones por un tiempo determinado, pero, honestamente, lo que mejor me funciona es dejar el móvil apagado lejos de mi escritorio. Es básico, pero según los estudios del comportamiento humano, la mejor forma de no caer en una tentación es eliminándola.
Si tienes que leer un montón de prensa y documentos (¿quién no?), te recomiendo la aplicación @voice, a la que puedes enviar textos y ella se encarga de leerlo en voz alta mientras te bañas, conduces, cocinas o hace cualquier otra actividad principal. Funciona muy bien y sirve también para compartir contenido con terceros.
Para avanzar en la escritura, tengo varias opciones, pero la menos convencional y ahorradora de tiempo es Speechnotes, a la que le dicto mis textos, mientras estoy parado en un semáforo, por ejemplo, y luego edito, cuando puedo concentrarme o estoy en alguna sala de espera.
Speechnotes no es 100% precisa en el reconocimiento de voz, pero sí, definitivamente, muy útil para atrapar rápidamente ideas cortas, para bocetar contenidos, escribir piezas cortas y a muchos escritores les sirve, incluso, para lograr sus objetivos de escribir 1,000, 2,000… y hasta 4,000 palabras por día.
Completo mi kit productivo con las aplicaciones CamScanner, para escanear documentos; CamCard, para digitalizar en mis contactos las tarjetas de presentación impresas, y Waves, para cotizar, facturar, cobrar y otras funciones administrativas. Todas gratis.