Cuando hablamos de sostenibilidad acostumbramos a relacionarlo con cuidar el medio ambiente, proteger especies en peligro, y una verdadera integración social, asegurando que generaciones futuras puedan disfrutar de un mejor planeta. Sin embargo, la sostenibilidad nos ayuda a visualizar la forma en que muchas veces actuamos, lo que consumimos, la manera en que lo hacemos, y cómo esto puede afectar la felicidad de otros.
La empresa de hoy en día debe velar por la felicidad de sus colaboradores partiendo desde la atención de la alta gerencia sobre el recurso más valioso de la organización: su personal, cuyo esfuerzo, dedicación, excelencia y compromiso se traducen en una ventaja para alcanzar los objetivos de negocio. La felicidad es considerada por empresas, ciudades y países del mundo como un factor relevante a la hora de pensar en el desarrollo y la competitividad, empezando desde el momento de contratación, con el objetivo de encontrar personas que se sientan identificadas con la cultura y el equipo que forma la empresa.
Las empresas están comenzando a reconocer la importancia del bienestar de sus colaboradores, el concepto de desarrollo deja de estar asociado únicamente a la capacidad de generar dinero y pasa por la incorporación de temas de calidad de vida. Los colaboradores que trabajan con pasión y propósito se desempeñan en niveles consistentemente altos, multiplicando su efectividad e incrementando los resultados del negocio.
El tiempo en el que el colaborador era considerado una pieza está llegando a su fin. Son muchos los resultados que se consiguen teniendo en cuenta toda la potencialidad del colaborador; debemos trabajar la parte emocional, la personal y la social. Las empresas del futuro definen su propósito y sus valores, dejan claras las reglas del juego, consideran el desarrollo de las personas como foco principal, crean las condiciones para que logren su mayor potencial, conectan su propósito con sus grupos de interés generando así mejores resultados en el tiempo.
Esto solo es posible si la empresa cuenta con un liderazgo consciente a nivel directivo ante los empleados y el entorno, generando compromiso laboral a través de un esfuerzo planificado, constante y permanente para seducir la mente y el corazón de las personas a largo plazo, conocer su nivel de satisfacción, darles oportunidad de decisión y capacidad de influencia, motivar a los colaboradores en sus tareas diarias y celebrar los logros. Lo importante es que la empresa pueda crear un ambiente de trabajo en el que las personas consigan desarrollarse y realizarse profesionalmente.