“Cualquier ‘cosita’ lo daña y se pierde todo: alguna persona que no podía ‘meter’ la mano y la mete, algo así… Si tiene mal humor, con pique, rabia, cosas así… Que haya hecho una ‘mala sangre’… Si son dos mujeres, o hombres, que están exprimiendo, no puede venir otra persona a meter la mano porque ‘se corta’, o se daña”.
Para Ana Silvia Cruz Peña la extracción del aceite de coco se trata de “algo muy delicado”. “Pero ya somos ‘una tranca’ en eso, lo único es que pasamos muchos trabajos”. Fuerte y entusiasta y con 76 años de edad, preside la Asociación Prodesarrollo de El Limón (Asodelim), que ahora cuenta con 79 mujeres y 9 hombres que se agruparon desde 1998 en esa comunidad de la provincia Samaná para sacar provecho a la extracción del aceite del fruto del cocotero (Cocos nucifera), una palmera que brinda un racimo de oportunidades para los habitantes de la zona rural del país y la industria local.
Para 2017 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) colocaba a República Dominicana, con 286,934 toneladas al año, en la posición número 17 entre 25 países productores de coco, según datos citados por Horacio Lomba, del Consorcio Cítricos Dominicanos. República Dominicana está por debajo de Jamaica (310,000 toneladas) y Nueva Guinea (1.2 millones). Indonesia, con una producción de 18.3 millones de toneladas, ocupa el primer lugar. Le siguen Las Filipinas (15.4 millones), India (11.9 millones) y Brasil (2.9 millones).
Coolbevco, instalada en la Zona Franca de San Pedro de Macorís con una inversión de RD$62 millones, tiene sus productos OCO agua de Coco (orgánica, té verde, té negro, chinola y guayaba) en el mercado desde junio de 2016. “Nuestras perspectivas son la exportación, principalmente a Norteamérica y Europa; también mantener la presencia en el mercado local, en el sector de bebidas premium saludables”, dice el químico Julio César Vicente, su director de Manufactura.
“Hemos hecho alianzas estratégicas con procesadoras de cocos secos, para nosotros extraer el agua del coco en nuestra planta y entregarles el coco para que ellos realicen sus procesos de extracción de leche, aceite, coco rayado, entre otros”, dice.
Quieren ser “sorprendidas”
Ana Silvia Cruz Peña aprovechó una reciente “visita sorpresa” del presidente Danilo Medina a Las Guázaras, del municipio Sánchez, para pedir, por segunda ocasión, el respaldo del Gobierno a través del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA). El mandatario tenía una reunión con las 86 productoras de aceite de coco de la Cooperativa de Mujeres hacia el Desarrollo de Samaná (Coopmudesa).
La Asodelim, que cuenta con la asesoría de un técnico del Instituto Agrario Dominicano (IAD), hizo llegar un documento a Medina en el que explica que, aunque carece de registros de producción, para 2016 compró 17,000 cocos para extraer aceite virgen y extra virgen.
“La asociación cuenta con un terreno donde piensa construir un local. El guayado del coco se hace a mano. Actualmente no utilizan mucha tecnología para el proceso de producción, ya que casi todo lo hacen de manera manual o utilizando muy poca maquinarias. Tampoco cuentan con apoyo para capacitación o seguimiento a la producción”, indica.
Sus integrantes demandan apoyo estatal y financiamiento del FEDA para la construcción de un centro de acopio, la compra de un camión y maquinarias para destilar aceite.
Aspiran a seguir los pasos de la Coopmudesa, la cual produce en la actualidad un tanque diario de 55 galones de aceite extra virgen (prensado en frío) extraído de entre 3,500 y 4,000 cocos y que venden a RD$67,000 a una intermediaria que lo coloca en el mercado, incluso en Haití y otros países. El proyecto recibió impulso con unos RD$9.0 millones del FEDA, los cuales incluyen RD$4.5 millones en un préstamo que las socias deberán pagar después de un año de gracia, explica la presidenta de la cooperativa, Virginia Antonia Acosta Bueno.
El primer contacto del mandatario con las productoras de Sánchez se produjo el 19 de marzo de 2017. La organización vende además el producto al público de manera directa: a RD$1,400 el galón del aceite virgen. El tradicional, para el que requieren hervir la masa de la fruta en su extracción, “como lo hacían nuestros abuelos”, tiene un costo de RD$900.
La Coopmudesa utiliza unas 17 trabajadoras por día. Cada mujer debe pelar 400 cocos y, además de los dividendos que le reporta la cooperativa, recibe un pago por jornal de RD$700.
“Calculamos todos los costos diarios. Las entradas y salidas, y al final de la quincena, decimos tenemos, por ejemplo RD$10,000 y, si usamos RD$7,000 para el pago de las mujeres, el resto queda en la cooperativa. Las mujeres ganan dos veces, lo que les pagamos y lo que se le da al final de año”, resalta Acosta Bueno.
Explica que la producción empezó a estabilizarse este 2018 porque el año pasado lo dedicaron a la construcción de la nave y la instalación de las maquinarias. Las mujeres tenían experiencia porque habían trabajado para un italiano que extraía aceite de coco.
“Teníamos un contrato, la maquinaria eran del italiano, él compraba el producto y nosotras aportábamos la parte más fuerte, que era la mano de obra, pero él no la valoraba y decidimos romper, quedarnos con las manos vacías, y lanzarnos de nuevo”. Con 45 años de edad y tres hijos, Acosta Bueno desciende de una familia que tiene un cocotal de 110 tareas. Lamenta que su padre producía hasta 30 mil cocos cada tres meses, pero “ahora para cosechar 5,000 es mucho trabajo…”.
Atribuye la merma en la producción, al envejecimiento de las plantaciones, así como al impacto de fenómenos atmosféricos como el huracán George que “les dio fuerte” en 1998.
“Queremos —dice— un proyecto para reforestar con cocoteros. Pero las plantas que menos duran para parir, tardan cinco o seis años y debemos incluir otros rubros de ciclo corto en las fincas para que el productor no se desespere y pueda tener frutos”.
También Julio César Vicente, de Coolbevco, reconoce el problema. “Ha habido dificultades para el suministro de la materia prima local, y nuestros aliados procesadores han tenido que importar cocos secos en contenedores refrigerados desde La India, África Occidental, Guyana, entre otros, debido a la baja en la oferta del coco local”.
Las destiladoras de aceite pagan la unidad de la fruta “de segunda” a RD$8.00, un precio bajo desde el punto de vista del ingeniero químico Dionicio Carvajal Llauger, promotor de la recién creada Asociación de Productores de Cocos del Nordeste (Asoproconord), una entidad que busca mejorar la calidad de vida de sus integrantes, así como aumentar la productividad de los cocotales mediante su renovación y una asesoría técnica para los agricultores.
“Ya tenemos unos 1,500 miembros. Nuestro primer objetivo es estabilizar el precio del coco. Cuando el productor está tumbando un coco, le ofertan un precio cuando está en la mata y cuando lo corta le tienen otro siempre por debajo de lo que habían hablado. El segundo es la industrialización del coco en la zona que se extiende desde Nagua a Río San Juan”.
Carvajal Llauger, quien trabajó varios años en una agroindustria que utilizaba el coco para crear varios productos, explica que la fruta seca de primera se puede comprar en RD$14.00 en estos momentos, dependiendo de su tamaño, pero que un precio ideal rondaría los RD$22.00 por unidad.
Una mata puede producir entre 30 y 50 unidades cada 4 meses.
“Pero la realidad es que en el país ha bajado casi un 70% la producción de cocos. Son matas viejas, de 80 y 90 años de edad y es ahora que se va a comenzar un proyecto para su rehabilitación y fomento. Es bueno ir reponiendo las matas cada 50 o 60 años”, dice.
Carvajal Llauger estima que casi el 80% de todo el coco del país se concentra en la costa norte, razón por la que entiende que el Gobierno debe prestar más atención a esa zona.
Más de 20 grandes empresas aprovechan el fruto
Horacio Lomba cita al menos 22 grandes agroindustrias en República Dominicana que extraen aceite, sustrato, agua y leche de coco o elaboran dulces, jabones y otros productos con el fruto. Menciona a Agroicaria, Agroindustrial Urraca, Caribex Dominicana, CGS Foods Caribbean, César Iglesias, Coco Express, Consorcio Cítricos Dominicanos, Coolbevco, Envasados Comestibles, Goya Dominicana, Growrite Dominicana, La Mundial del Coco, Mercasid, Peravia Industrial, Procesadoras de Frutas y Vegetales, Procesadora San Martín de Porres, Productos del Trópico, Productos EVA, Solo Coco, Tropijugos, Virgin Nature y Vizcaya Industrial.
Interés regional
Debido a su favorable clima tropical para la palmera, República Dominicana forma parte del Proyecto para el Desarrollo de la Industria del Coco en el Caribe, implementado por el Centro de Comercio Internacional (ITC) y el Instituto de Investigación y Desarrollo Agrícola del Caribe (CARDI).
Para promover su cultivo, el Ministerio de Agricultura y la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) organizaron un evento sobre la iniciativa que cuenta con el respaldo de la Unión Europea y el Secretariado de África, el Caribe y el Pacífico (ACP).
Durante el evento, celebrado en la JAD, el ministro de Agricultura, Osmar Benítez, resaltó que el Gobierno prevé la siembra de 5.5 millones de plantas en alrededor de 100 mil tareas en los próximos cinco años. Además, que el país consumió en 2017 unas 857,000 toneladas métricas de coco.