La provincia Santo Domingo tiene siete municipios. En principio serán seis, pero luego se creó la demarcación de Los Alcarrizos. En la mayoría de los casos estas zonas político-geográficas están dividas por calles o una avenida.
¿Qué es lo malo de vivir en estas fronteras municipales? Oh, que nadie se hace cargo, ni un ayuntamiento ni otro, de la recogida de la basura, de tapar los hoyos ni de la señalización de estas calles. Cada cual espera que sea el otro que haga el trabajo.
Se supone que sea el Ministerio de Obras Públicas el que se encargue, pero la realidad es que estas “líneas fronterizas” se convierten en tierra de nadie. Se ve a munícipes vecinos, pero de diferentes circunscripción tirándose basura de un lado para otro.
En realidad, si este país tuviera instituciones fuertes y una población más consciente de sus responsabilidades, incluyendo a los funcionarios, estas calles y avenidas que al mismo tiempo son fronteras, estarían limpias, señalizadas y en buen estado.