Los pequeños mineros están trabajando en condiciones infrahumanas, sin darle valor a su trabajo y al producto que sacan, están sometidos a intermediarios explotadores. Así lo consideró Antonio Isa Conde, ministro de Energía y Minas.
“Desde que llegué al ministerio vi el potencial que tiene la pequeña minería, pero me alarmó muchísimo saber que los pequeños mineros están dañando su vida para obtener beneficios píricos”, destacó Isa Conde, durante el almuerzo “Retos y oportunidades de la pequeña minería”.
El ministro indicó que este sector mueve alrededor de 10 millones de dólares, pero se desconoce con exactitud lo que se está exportando. Cuestionó sobre “quién determina en Aduanas cuando se exporta ámbar”.
Isa Conde expresó que, aunque esta actividad genera riquezas, la desorganización del sector impide que quienes trabajan en las minas obtengan suficientes beneficios del ámbar y el larimar.
Esta desorganización pone en peligro la vida de los pequeños mineros y se presta a una intermediación especulativa, que beneficia solamente a una minoría, sin agregar valor a la calidad en el proceso de transformación y en la comercialización de los productos.
“Para poner a los mineros y exportadores a obtener beneficios tenemos que incorporarlos a la cada del proceso y para eso tenemos que regular el sector’, indicó el ejecutivo.
Isa Conde llamó a los pequeños mineros a agruparse en un clúster para así identificar la importancia de regularse y obtener mayores beneficios. “Las condiciones en las que se están trabajando es una desgracia y tenemos que convertirla en oportunidades”.
Dijo que el Ministerio pretende convertir la pequeña minería de ámbar y larimar en una oportunidad, debido a que existen posibilidades en los mercados internacionales, pero el sector debe regularse.
“Este es un problema que se debe manejar pensando en las generaciones futuras y tenemos que creer en el desarrollo sostenible para hacer que los artesanos y exportadores ganen dinero”.
En el caso de Larimar, Isa Conde ponderó que el país tiene posibilidades para darle valor al producto y a toda la cadena de producción. “Cómo es posible que extraigamos esa gema arriesgando la salud para obtener nada, qué está pasando”.
Al darle más valor a lo que exportamos podríamos ir al nicho del mercado especializado y obtener mejor precio. Asimismo, Isa Conde dijo que de esta forma los artesanos pueden perfectamente ir a las zonas turísticas a ofertar sus productos.
“Cuando faltan regulaciones, las posibilidades de sacarle valor a la riqueza no renovable se reduce”, ponderó el ejecutivo.