Una asidua lectora de este medio escribió unas líneas quejándose de que en este país casi no quedan instituciones ni personas creíbles. Su carta, que fue muy breve, sólo se limitó a decir que como dominicana se sentía impotente al ver tantas cosas que fallan y ella sin poder hacer nada.
El segundo párrafo, de dos que tenía la carta, mencionó algunas instituciones, entre las que estaban el Congreso, la Policía y la Justicia.
Llama la atención que estos tres sujetos de la sociedad pertenecen a poderes del Estado. Ella, sin proponérselo, hizo un análisis fotográfico de por dónde andan nuestras instituciones más importantes.
Un país sin un sistema de justicia que funcione, que es lo mismo decir “vivir como chivos sin ley”, posiblemente no termine bien.
O quizá, que es lo indeseable, se vea en medio de una confrontación que no conviene a nadie. Los que tienen que perder más, por supuesto, deberían estar más preocupados que los ciudadanos de a pie.