China está invirtiendo mucho en el mundo. Después de Asia, es en América Latina y el Caribe donde se encuentra la mayor inversión del gigante asiático. Entre 2003, año en que la inversión era todavía muy baja, hasta principios de este año 2018, China ha invertido alrededor de US$150,000 millones en América Latina y el Caribe y casi el 60% de esa inversión a partir de 2013.
Brasil encabeza la lista, con inversiones en los sectores de minería, energías alternativas –paneles solares– y ómnibus eléctricos. En segundo lugar está Perú (sector minería, el cobre). Les siguen Argentina (ferrocarriles y paneles solares), Cuba (infraestructura, telecomunicaciones y turismo), Jamaica (se construye una Zona Económica Especial y un parque industrial), Chile (sector financiero, agroindustrial, infraestructura), México (extracción petrolera, ensamblaje de vehículos), Ecuador (centrales hidroeléctricas, minería, telecomunicaciones), Guyana (minería), Barbados (turismo), Bermuda (industria automotriz), Venezuela (infraestructura y viviendas), Colombia (sector agrícola y telecomunicaciones), Trinidad y Tobago (infraestructura), Uruguay (automotriz, productos químicos, combustibles, tecnología y agroindustria).
República Dominicana no aparece en esa lista. Por no tener relaciones diplomáticas con China se le hacia muy difícil entrar dentro de los beneficiarios de la inversión de ese país. No obstante, a partir del establecimiento de las mismas el pasado 1 de mayo, todo cambia para mejor.
Estoy seguro que con la voluntad del presidente Danilo Medina, el concurso de instituciones como el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) y el canciller Miguel Vargas, las embajadas, tanto la de China en Santo Domingo, como la de RD en Beijing, como coordinadoras del proceso de acercamiento de los posibles inversionistas, el Centro de Inversión y Exportación de República Dominicana (CEI-RD), que tendrá la responsabilidad de dar las facilidades para la formalización de la inversión, lograremos atraer inversión de China, lo que se expresará, sin lugar a dudas, en crecimiento económico, empleos, oportunidades y, por tanto, bienestar para todos.
Me consta que en RD existen varios proyectos de interés nacional, precisamente en los sectores de infraestructura, energía y turismo, que son atractivos para el inversionista de China. El primero y más importante es la construcción de la “Red Ferroviaria Nacional”, que se unirá al proyecto de restauración y construcción de puertos y aeropuertos, así como en los sectores de energía alternativas como la solar-fotovoltaica y eólica-viento, todos vinculados y conectados para una perfecta sinergia.
Las empresas de China están listas para incursionar en los proyectos definidos y muchos más, mediante la adquisición de activos, o sea, inversiones de miles de millones de dólares, e instalarse en RD, que transformarán, sin lugar a dudas, nuestro país y nos colocarán en la ruta del verdadero desarrollo.