El pasado lunes 7 de mayo se dio a conocer en los medios de comunicación que el Gobierno dominicano está elaborando un plan de reordenamiento institucional de la deuda pública que busca centralizar en un emisor las colocaciones de bonos y otros instrumentos, para evitar la multiplicidad de emisores.
Las emisiones de deuda interna del Estado se producen mediante colocaciones de bonos del Banco Central (BC) y del Ministerio de Hacienda (MH). Ambos emisores tienen objetivos diferentes, ya que el MH lo hace para gestionar el déficit del presupuesto gubernamental, mientras que el BC lo usa como un instrumento de política monetaria para controlar el medio circulante y la inflación, entre otros.
También es cierto que hay similitudes entre ambos tipos de instrumentos de renta fija, ya que aunque se usan para fines distintos, últimamente son emisiones del Estado dominicano. Tanto los bonos del BC como los del MH tienen la máxima calificación crediticia a nivel local (AAA) y también son los instrumentos de inversión que típicamente pagan las mejores tasas de interés (para inversionistas institucionales y personas físicas).
Mirando la situación desde un punto de vista global, es posible que haya una duplicidad innecesaria y, por ende, encarece los costos de financiación para ambos emisores. También puede ocurrir que se genere disparidad en los precios entre títulos de un mismo vencimiento. Muchos inversionistas a nivel local descartan los riesgos asociados a estos instrumentos por la solidez financiera de sus emisores y lo que calculan es la tasa efectiva.
En fin, es importante que se esté analizando la forma en la cual se emite la deuda estatal con el objetivo de identificar puntos de mejora.