Siguiendo con los temas tratados en la Asamblea ASSAL celebrada en nuestro país con el auspicio de la Superintendencia de Seguros, Lázaro Cuesta, uno de los conferencistas representante de la Autoridad de Seguros y Pensión Europea (EIOPA), en su intervención “Vigilancia macroprudencial y supervisión de seguros”, dijo, entre otras cosas, que “el supervisor identifica, monitorea y analiza el mercado, los desarrollos financieros y otros factores que pueden impactar en las aseguradoras y en los mercados de seguros, y usa esa información para supervisar las aseguradoras individuales. Según proceda, estas tareas deben utilizar la información de otras autoridades nacionales y los conocimientos adquiridos por ellas”.
La supervisión integral del mercado asegurador, su comportamiento y estructuración administrativa y financiera, es la base fundamental de la Superintendencia de Seguros, y la misma debe estar en la capacidad de hacerlo, con profesionales capacitados y empoderados de autoridad para aplicar la ley con equidad, transparencia y, no menos importante, oportuno, lo que le va a dar garantías a los ciudadanos que confían en la solvencia y transparencia de las aseguradoras para traspasar sus riesgos y poner bienes en sus manos.
Si el sistema no ofrece garantía, seguridad de que a la hora del siniestro el asegurado recibirá el trato adecuado y la indemnización suficiente para reponer las pérdidas, y que el negocio siga garantizando los empleos, los servicios y productos en iguales condiciones que la producían antes del siniestro, siempre que el mismo este bien diseñado por un profesional del área. Aunque siempre, los clientes tendrán una merma en sus bienes u operaciones, por lo que siempre será mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo.
Otro de los excelentes expositores fue el director de Estudios Generales de Mapfre, Manuel Aguilera Verduzco, quien planteó que el avance de la regulación prudencial en seguros se debe al “énfasis en la implementación de estándares internacionales, como respuesta a los efectos de la globalización, y énfasis en la mediación y gestión de riesgos en respuesta a los efectos de la mayor complejidad del sistema financiero”.
Ello viene a darle mayor importancia a la regulación en lo administrativo, en la solvencia y en la competencia, donde el regulador tiene que velar porque las aseguradoras tengan requerimientos cuantitativos: calidad técnica, capital suficiente, inversiones seguras y reaseguro de calidad. Cualquier desviación y mala práctica puede esfumar las reservas, y verse en dificultad de indemnizar sus clientes.
En cuanto a los requerimientos de gobernanza –continuó planteando el ejecutivo de Mapfre–, las aseguradoras deben tener una buena gobernanza o gobierno corporativo supervisado por el regulador. Algo sumamente importante, porque la materia prima del negocio son recursos del público, y las aseguradoras deben tener mucha responsabilidad en la administración adecuada, evitando los gastos excesivos y malas inversiones de las reservas.
Otro aspecto de mucha importancia que la Superintendencia no debe perder de vista, dicho por Aguilera, es la transparencia y revelación de información, mecanismos de revisión del mercado y disciplina de mercado. Las aseguradoras deben ser más abiertas, de tal manera que los asegurados, los dueños de las primas no devengadas por las aseguradoras, puedan tener conocimiento de la situación financiera de la institución, su solvencia y liquidez, y quien debe garantizárselo a los asegurados es la Superintendencia, para evitar los daños masivos y en cadena que producen las quiebras, como las que hemos tenido hace más de 15 años en nuestro mercado asegurador.