Últimamente se han visto dos ejemplos claros de que la fiebre no está en las sábanas. Los dominicanos han visto que los agentes de tránsito ya no son Amet, sino Digesett. ¿Ha habido mejoría en el tránsito? Obviamente que no.
El otro caso es el de los uniformes escolares. ¿A caso cambiar los colores a la vestimenta de nuestros estudiantes de escuelas públicas hará bien a la calidad de educación? La calidad no lo determina la infraestructura física solamente. El recurso humano es vital. Si no preparamos a los agentes de tránsito ni educamos a la población, será imposible avanzar en la dirección correcta.
El que está educado conoce y respeta las reglas. Ahora tenemos una población que aun conociendo las reglas se hace “la chiva loca” porque tiene pruebas de que no hay consecuencias. Cualquier dominicano, por iletrado que sea, llega a una nación organizada, en la que sí se aplican las leyes, se comporta de la mejor manera. ¿Por aquí no?