La nueva vicepresidencia ejecutiva de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) ha entendido la necesidad de inyectar nueva energía al sistema, pero la primera condición es que los costos sean más bajos y competitivos que la disponible en la matriz actual. El objetivo primario es evitar que la electricidad producida con combustible caro no entre a línea, a menos que no sea estrictamente necesario.
Pero antes de la construcción de nuevas plantas, cuya consecución se tomaría como mínimo tres años y medio, está el pacto eléctrico, una de las principales patas que garantizarían el éxito de la administración de Danilo Medina. De hecho, esta fue una de las tres propuestas que hizo el nuevo presidente de la República el 16 de agosto cuando asumió el Poder Ejecutivo.
Ahora falta por definir cuáles serían las responsabilidades que le tocaría asumir a cada uno de los sectores involucrados en la solución de la crisis eléctrica. Nadie ha salido a decir qué ha avanzado en términos de propuesta.
La CDEEE, empresas generadoras y distribuidoras, Comisión Nacional de Energía (CNE), Superintendencia de Electricidad (SIE) y las empresas de Generación Hidroeléctrica (Egehid) y de Transmisión Eléctrica (ETED), así como a los consumidores, tienen por delante el reto de sentarse a concertar sobre sus roles particulares en busca de una solución sustentable que dé una respuesta eficiente al problema que por más de 40 años afecta la competitividad del país.
“Hay que hacer un pacto que impacte y que dé buenos resultados. Debe ser un consolidado de acuerdos y compromisos que cada agente tendría que garantizar, a partir de ese momento, con qué se comprometen los generadores, la gestión de las distribuidoras y cada cual en su rol”, explicó Rubén Bichara en una entrevista con LISTÍN DIARIO la semana pasada.
El funcionario considera que el pacto debería tener un aporte de los generadores sobre todo en lo relacionado con la sobre indexación de los combustibles, lo cual toca los contratos de compra y venta de energía. Por este concepto, estima, se pierden alrededor de RD$500 millones al año.
Bichara va más lejos al justificar que sí es posible que los generadores depongan de parte de sus ganancias, las cuales están relacionadas con la sobre indexación. Pone como ejemplo la generadora Palamara-La Vega, cuya renegociación ahorró más de US$240 millones al Estado y esa empresa sigue reportando beneficios.
El pacto eléctrico sí está en la agenda de Bichara, aunque el Presidente de la República dice que primero es la reforma fiscal y luego, una vez concretado el presupuesto de 2013, vendría el pacto eléctrico. El vicepresidente de la CDEEE hace un símil entre el pacto eléctrico y una “fiesta de traje”.
“Cada agenda me imagino que está armando lo que puede aportar en esta mesa. Debe ser una -fiesta con traje-, pues cada uno deberá traer algo para ver qué pasará. Al que menos puede le ponen los vasos y el hielo, pero al que más posibilidades tiene hay que encargarle el whisky, que en este caso son los generadores”, expresó el funcionario.
Sobre la actitud de cara al pacto eléctrico, Bichara estima que como empresarios los generadores intentarán mantener el mayor margen de beneficio que puedan. Dijo que habrá que demostrarles que el sistema no soporta las condiciones actuales en que está funcionando. Al vicepresidente ejecutivo no le sorprende que los generadores aleguen que el problema básico es de cobranza y de pérdidas de las distribuidoras, pero sostiene que deberán entender que el problema va más allá.
Sostuvo que el sistema eléctrico está tan grave que ahora toca poner a todo el mundo a averiguar cómo es que se va a curar. Está de acuerdo con el presidente Medina y con lo que han dicho otros agentes del sistema, quienes aseguran que habrá que llegar a una solución integral a través del pacto eléctrico. A los consumidores, sostiene Bichará, le corresponderá el pago.