República Dominicana fue sede de la XXIX Asamblea de Supervisores de Seguros de América Latina (ASSAL) y de Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (IAIS), celebrado del 8 al 12 de abril, donde tuve el honor de ser invitado como ejecutivo de la empresa de la cual me prestigio dirigir.
Fue una muy buena experiencia, donde conocimos de primera mano los procesos, experiencias y proyectos de los diferentes países que expusieron en dichas conferencias, con una gran capacidad y profesionalidad envidiable para nosotros que conocemos el desarrollo y comportamiento de nuestro mercado y de nuestras autoridades.
No vamos a hablar del discurso de nuestro honorable Superintendente, porque tenemos contradicciones que veremos en lo adelante sin tener que referirnos al mismo, ya que las diferentes participaciones de los conferencistas sacaron a flote nuestras debilidades. Lo que sí quiero ponerle atención en primer plano es a la participación del ministro de Hacienda, quien le puso números a las pérdidas que anualmente se vienen produciendo de año en año por los efectos de la naturaleza, situándolos en más de RD$30 mil millones. Y fue tan específico, que hasta le puso número a las posibles pérdidas en caso de terremoto.
Pero si el ministro de Hacienda tiene la certeza de los gastos en que incurre el Gobierno cada año, muy bien él podría haber motivado la contratación de coberturas, sean directamente para los bienes del Estado como los puentes, carreteras, presas y edificaciones, como también para las pérdidas sociales de las comunidades, y las responsabilidades del Gobierno a través de las coberturas paramétricas que el mercado mundial de reaseguros están ofreciendo a los países en desarrollo, por un costo muy por debajo de lo que le está costando actualmente al Estado ir en auxilio de las comunidades y de los propios bienes. Aquí ha faltado visión y buena planeación estratégica del Gobierno en este aspecto.
Debemos enfocarnos en la necesidad de evaluar adecuadamente cuáles son nuestras prioridades, pero no solo del Gobierno, porque la falta de conciencia de nuestra población mantiene más del 75% de los bienes muebles del sector privado sin coberturas catastróficas, o sea, sin ahorros para enfrentar lo que cada año es una alta probabilidad de ocurrencia.
Uno de los temas de gran importancia de esta asamblea fue, precisamente, la gran brecha que tienen nuestros países, donde, por ejemplo México, solo el 8% de las pérdidas del último terremoto contaban con coberturas, y el caso de Puerto Rico, que es la economía del área mejor cubierta por seguros, a más de 6 meses recobrar el aliento, más del 60% de la población aún no cuenta con energía eléctrica como la tenían antes del siniestro.
En nuestra próxima entrega, veremos nuestras debilidades y fortalezas sacadas a flote por las excelentes participaciones de los asambleístas que deben servir para fortalecernos y corregir nuestras debilidades que aún mantienen varias aseguradoras cerradas sin liquidar e indemnizar a nuestros afiliados y clientes.