Un credit default swap (CDS) es un tipo de permuta financiera diseñada para transferir la exposición crediticia entre dos o más contrapartidas.
En una operación de permuta de incumplimiento crediticio, el comprador del swap efectúa pagos (una prima) recurrentes al vendedor hasta la fecha de vencimiento del mismo. El rol del vendedor es garantizar que el comprador reciba tanto los intereses como el capital de su inversión en caso de que el emisor no pueda cumplir con sus compromisos de pago (quiebra, reestructuración…).
El CDS es el derivado de crédito más utilizado por parte de los inversionistas para cubrirse frente a cualquier impago. Típicamente, los derivados de crédito son operaciones financieras que se realizan con instrumentos de renta fija, tales como bonos corporativos, cédulas hipotecarias y bonos de mercados emergentes.
Algunos instrumentos de renta fija y otros tipos de títulos valores conllevan un cierto nivel de riesgo. Aunque muchas de las empresas privadas o públicas que emiten deuda son fiables, es imposible de garantizar al 100% que cumplirán con sus compromisos de pago.
Es importante resaltar que frecuentemente muchos de estos instrumentos de inversión tienen un horizonte temporal amplio, y es difícil que el emisor conozca su situación financiera en un plazo de 10 o 15 años (si el instrumento de renta fija no tiene una buena calificación de riesgo, se incrementa la posibilidad de un impago).
Un credit default swap es básicamente un seguro de crédito que cubre el riesgo de impago y es una excelente forma de transferir el riesgo de su inversión a un tercero, como puede ser una empresa aseguradora, a cambio del pago de una prima.