En la actualidad, hay diversos factores que están incidiendo de forma directa en los mercados bursátiles a nivel internacional. La posible guerra comercial entre China y Estados Unidos (por supuesto habría efecto contagio a otros países), cómo van a reaccionar las principales economías a nivel global ante el retiro de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales y si la bajada masiva de impuestos a sociedades del presidente Donald Trump se implementó en el momento correcto, ya que la tasa de desempleo de EE.UU. se sitúa en mínimos históricos (4.1%), y las políticas fiscales expansivas contradicen a las políticas restrictivas de la Fed, pudiendo generar aún más volatilidad al dólar estadounidense.
Los mercados accionarios funcionan bien en entornos de bajos tipos de interés con poca incertidumbre geopolítica. La pregunta es si los inversionistas a nivel internacional se centrarán en las tensiones geopolíticas o en la buena marcha de las economías de Estados Unidos y Europa.
También hay que resaltar que la polémica de Facebook con la filtración de datos, ha arrastrado a los mercados bursátiles, sobre todo a las acciones del sector tecnológico.
Por otro lado, Estados Unidos necesita emitir más deuda para compensar por los ingresos que dejará de percibir debido a los recortes de impuestos. Otro dato a destacar es que China es el propietario de la mayoría de los bonos del Tesoro estadounidense. Esto último podría usarse en contra de los EE.UU. si China (aproximadamente US$1.2 trillones) decide vender de forma masiva bonos americanos, encareciendo los costos de los préstamos, tanto para los negocios como para futuras emisiones de deuda estadounidense.
En fin, esperemos que busquen soluciones prácticas al panorama actual para evitar otra ralentización económica global.