Probablemente no lo sepas, pero el sistema de autocorrección y predicción de texto que usas en tu celular inteligente y en tu tableta fue, inicialmente, un sistema de comunicación diseñado para ayudar al profesor Stephen Hawking a articular palabras, verbalmente y por escrito.
El Teclado SwiftKey es uno de los tantos diseños universales que inicialmente fueron diseños inclusivos, como el majador de papas OXO, creado para gente que padecía artritis y que posteriormente ha resultado ser un producto preferido por millones de usuarios convencionales.
“Cuando diseñamos para gente con discapacidad primero, a menudo nos topamos con soluciones que son mejores que aquellas diseñadas para usuarios promedio”, explica la diseñadora social Elise Roy en una conferencia de TED.
“Creo que la pérdida de mi audición fue uno de los mejores regalos que he recibido en mi vida”, agrega Elise, abogada especializada en los derechos de los discapacitados y, como evidencia esta cita, una persona con discapacidad auditiva. “Puedo experimentar el mundo de una manera única. Creo que estas experiencias únicas que tienen las personas con discapacidad es lo que va a ayudarnos a hacer y diseñar un mundo mejor para todos: para las personas con y sin discapacidad”.
A esta conclusión llegó cuando conoció el concepto denominado Design Thinking, porque comprendió que aplicando este modelo de innovación centrado en las necesidades de la gente podía generar más soluciones para las personas con discapacidad y para todo el universo que desde su rol de activista y profesional del derecho. Desde entonces, Elise es una promotora del llamado diseño social o diseño inclusivo.
Además del impacto social del diseño inclusivo, las compañías que ponen a la gente con discapacidad como grupo prioritario aprovechan una descomunal oportunidad de negocios, derivada de atender un público inmenso, que padece escasa atención de parte de la mayoría de las empresas.
El sistema de comunicación SwiftKey ha terminando siendo un negocio millonario para la compañía del mismo nombre que lo creó, porque ahora lo usan más de tres millones de personas que padecen la misma enfermedad degenerativa que padecía el profesor Hawking; ha sido adaptado para cientos de personas que apenas pueden parpadear para comunicarse, y, por supuesto, para los miles de millones que cada día usamos smartphones y tabletas en más de 100 idiomas.
La compañía Smart Design no sólo está conquistando a mllones de usuarios convencionales con su pelador de papas OXO, sino que también ha lanzado una línea diversificada de productos OXO, que utilizan el concepto de diseño inclusivo para provecho de millones de usuarios promedio.
Ni hablar de la cantidad brutal de dinero que han estado ganando Apple y otras compañías desde que empezaron a incorporar a sus productos las tecnologías multitáctil, de reconocimiento de voz, de rostro y de gestos, que, por hacer sus diseños más inclusivos, terminan haciéndolos más universales.