Stephen Hawking, fallecido este miércoles a los 76 años en Cambridge, Reino Unido, deja tras de sí un importante legado científico, cuya aportación más original y esencial fue intentar establecer una teoría en la que confluyan la Relatividad General de Albert Einstein y la física cuántica.
El físico y traductor al castellano de algunos de los libros del Hawking, David Jou, explicó a Efe la importancia de su teoría sobre los agujeros negros, pero también su contribución indispensable para abrir la relación entre física cuántica y cosmología (cuya base es la Teoría de la Relatividad General).
Ambas áreas de la física todavía no se han podido armonizar, pero Hawking obtuvo “los primeros resultados concretos -muy elegantes matemáticamente-“, con los que logró que se “aproximaran como no se había logrado nunca antes”.
Aún no se ha logrado que Relatividad General y física cuántica se fundan en una sola teoría con “total coherencia”, pero el trabajo del Hawking, fallecido hoy a los 76 años, “abrió ese camino”, indicó el catedrático de Física de la Materia Condensada David en la Universidad Autónoma de Barcelona.
En sus teorías sobre los agujeros negros Hawking usó aspectos tanto de la teoría de la Relatividad General como de la mecánica cuántica.
El científico dedicó buen parte de su saber al estudio de los agujeros negros, campo en el que “su resultado más espectacular” fue la formulación de la llamada “radiación de Hawking”.
Jou explicó que, según la teoría clásica de la física, de un agujero negro no pude salir nada, pero usando aspectos de la cuántica “sí parece” que emitan pequeñas partículas y radiación, debido a “una interacción entre la gravitación y el vacío cuántico”, con lo que son capaces de emitir energía, perder materia e incluso evaporarse.
La combinación de relatividad general y física cuántica también deja su huella en el estado inicial del Universo. En la teoría clásica este debería tener una densidad infinita, “que es lo que conocemos como singularidad del Big Bang”, pero dicha densidad pasa a ser finita.
Esa densidad finita hace que sea accesible una descripción físico-matemática del Universo con “una teoría que todavía no conocemos en su profundidad y que quizás sea muy diferente de lo que ahora imaginamos”, explicó.
Hawking, a quien su inmovilidad física le constreñía a un “pequeñísimo espacio vital”, fue capaz de abrirse “al espacio inmenso del Cosmos”, pero sin por ello dejar de interesarse por los problemas de la gente, dijo el físico español.
Así, Jou recuerda con “emoción” la visita que Hawking hizo a la Universidad Autónoma de Barcelona en 1988 y cómo, tras dar su conferencia, estuvo jugando por los pasillos con un grupo de chicos y chicas que también usaban silla de ruedas.
“Cuando le decíamos que ya era hora de ir a comer -recuerda-, él contestaba que prefería quedarse sin comer y seguir jugando con aquellos chicos un rato”.
En los últimos años, Hawking abrazó sin reservas la cultura popular e hizo esporádicas colaboraciones en televisión.
Sus más recientes “actuaciones” las hizo en la popular comedia de situación estadounidense “The Big Bang Theory”, que narra las vidas de varios científicos, entusiastas de la ciencia-ficción.
Desde 2012, Hawking hizo siete cameos en esa comedia, en los que supo mostrar su perfil más divertido, siendo el último de ellos al inicio de la última temporada, el pasado octubre.
A lo largo de los años también intervino, mediante su versión animada, en la popular serie sobre una familia amarilla de Springfield, “Los Simpson”, que el físico describía como “lo mejor de la televisión americana”.
La primera vez fue en el capítulo de 1999 “Salvaron el cerebro de Lisa”, donde el científico aparecía en una silla de ruedas voladora y le confesaba a Homer que su teoría sobre el universo en forma de donut era intrigante, “quizá tenga que robarla”.
“Las palas de helicóptero serían muy útiles”, llegó a decir también sobre la silla voladora con la que contaba su personaje animado.
En la vida real, en su despacho de la ciudad inglesa de Cambridge, Hawking tenía un reloj con la cara de Homer.
A Hawking también se le vio en la serie de animación “Futurama”, otra creación del productor Matt Groening, donde se apropiaba de la invención de la gravedad.
En 1993 apareció jugando al poker en la serie “Star Trek: La nueva generación”, junto a Albert Einstein e Isaac Newton, en una simulación que hacía el teniente comandante Data.
Su vida fue llevada a la gran pantalla en 2014, con Eddie Redmayne interpretando al científico de joven en ‘La teoría del todo’, actuación que le valió al actor un premio Oscar de Hollywood.
“Tiene un gran carisma y humor, un ingenio tremendo y un espíritu juguetón”, definió en su momento el actor inglés al físico.