Una de las principales fuentes de ingresos de divisas de República Dominicana es el envío de remesas de dominicanos residentes en el exterior. El año pasado, las remesas recibidas por los dominicanos ascendieron a US$5,911.8 millones, lo que implica un crecimiento anual promedio de 8.6% si se consideran las estadísticas oficiales del Banco Central desde 2010 al 2017.
La importancia de las remesas no es solo como fuente de ingresos de divisas, sino también como muestra de cuán apegados son los dominicanos residentes en el exterior a sus familiares y amigos en territorio dominicano.
Las estadísticas indican que en los últimos siete años el promedio anual de envío de remesas es de alrededor de 215 dólares por transacción, es decir, que aun con las variaciones que muestren las economías de los países donde residen nuestros compatriotas, siempre se aseguran de enviar el mismo monto de dinero.
Sin embargo, la frecuencia de envíos sí ha variado considerablemente. Ya hemos dicho que en los últimos siete años el promedio anual de crecimiento de las remesas es de un 8.6%. Pero, en cambio, el crecimiento promedio anual de las transacciones es de un 10.1%. En efecto, para 2010 se registraron 13.7 millones de transacciones o envíos de remesas al país, mientras que en 2017 fueron 23.5 millones de transacciones.
El mayor número de transacciones, sin que varíe el monto promedio de los envíos, indica que cada vez es mayor el número de dominicanos residentes en el exterior. Ellos envían en promedio la misma cantidad de dinero por transacción, pero se nota un crecimiento en el número de transacciones, lo cual indica que ahora son más personas las que envían; no necesariamente más transacciones por persona.
Otro dato interesante es el origen de las remesas que llegan a República Dominicana. Para nadie es extraño el hecho de que la mayor cantidad de remesas proviene de dominicanos residentes en Estados Unidos, por lo que representan el 73.9% al cierre del año pasado. Le sigue España con un 13.2%, desde Italia viene el 1.4% y en igual proporción aparece el vecino Haití, desde donde se estima que el año pasado llegaron alrededor de US$82.7 millones en remesas formales.
Pero aunque desde Estados Unidos llegan más remesas, el promedio por transacciones es mucho menor al que generalmente envían los dominicanos desde Europa. De acuerdo con el Banco Central, los dominicanos residentes en Estados Unidos envían un promedio de 200 dólares por transacción, mientras que desde España e Italia el promedio por envíos es de 300 dólares.
Desde Suiza, Francia y Alemania, el promedio por envío de remesas de dominicanos allá es, incluso, superior a los 320 dólares, aunque se nota una reducción desde el año 2010 al 2017, a lo que hay que agregar el hecho de que la cantidad de criollos en esas naciones es mucho menor.
Pero cuando hablamos de la importancia de las remesas como fuente de generación de divisas para el país no debemos limitarnos solo a los US$5,911.8 millones que llegaron en 2017; un monto menor que los US$7,200 millones generados por el turismo, pero con la ventaja de que es dinero neto que entra al país, mientras que lo que se estima que genera el turismo no es un dinero perceptible ni un ingreso directo a la economía local.
El asunto es que a las remesas formales hay que agregar la incalculable cantidad de divisas que entra al país como remesas de bolsillo, es decir, las que envían los dominicanos con familiares y amigos cuando vienen al país o las que traen ellos mismos en las temporadas en que vienen a visitar su tierra natal o de origen.
Es posible que las remesas de bolsillo se acerquen en monto a las que formalmente se registran en transacciones de envíos, por lo que se pudiera especular con el hecho de que las remesas podrían generar divisas por el orden de los US$10,000 millones cada año.
Las normas vigentes establecen que un viajero tiene derecho a venir con hasta 10,000 dólares en efectivo sin necesidad de declararlos, por lo que muchos dominicanos, cuando necesitan enviar dinero en cantidades parecidas y ahorrarse en cobro de las comisiones por envío, prefieren mandarlos con familiares y amigos en sus bolsillos.