La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) opera con un déficit mensual aproximado de RD$46 millones, lo que sería cerca de RD$552 millones al año. Habría que preguntarse por qué nuestra querida alma máter tiene este faltante. La respuesta lógica es que gasta más de lo que le ingresa. ¿Por qué?
Para este año la UASD solicitó la asignación de RD$13,000 millones. El año pasado el Gobierno entregó una partida adicional de RD$500 millones, pero se fueron en el pago de salarios tras el aumento aplicado en la universidad.
El presupuesto de la UASD aprobado para este año fue de RD$8,730.8 millones. ¿Qué cantidad será destinada al gasto corriente? RD$8,662.3 millones, es decir, el 99.22%. Apenas RD$68.5 millones están pautados para gasto de capital, que significa un 0.78%. Quiere decir esto que ni siquiera un 1% será para inversión.
No sé si reír o llorar, pero aquí está parte de la explicación del desorden, el caos permanente y el desfase (acumulado) que tiene el área de Registro de nuestra UASD. Quienes protestan y paralizan docencia y labores administrativas sólo se acuerdan de su salario al momento de reclamar.
La UASD debería ser un modelo de gestión, una entidad en la que el Estado invierta porque ve resultados. Ahora, y es penoso decirlo, hay una crisis que sólo tiene su origen en la gestión. Y no sólo se trata de la Rectoría, el problema hay que buscarlo en el juego de intereses que hay en cada uno de los departamentos que deberían darle vida (burocrática y académica) a nuestra universidad.
De la capacidad tecnológica de la UASD ni hablar. Ya sabemos el “cuentazo” y en lo que fue a parar el contrato. Al final no se hizo nada. Sólo hay que imaginar qué será de las otras áreas administrativas si ni siquiera el Registro funciona correctamente. Un gerente no sólo está en una función para cobrar un salario. Su papel más importante está en hacer que funcione correctamente el área bajo su responsabilidad.
En estos momentos, si se analiza la parte física de Registro, incluyendo su capacidad informática, sus instalaciones están más cerca del caos y la vergüenza que de un ambiente propicio y cómodo para ir a buscar un servicio.