El Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo algunas recomendaciones a propósito de su reciente estadía en el país. Son válidas y, muy seguro, las autoridades las tomarán en cuenta. Lo que está a la vista no necesita de espejuelos. Los datos que muestran el nivel de endeudamiento público preocupan a más de uno de los mortales que habitan en República Dominicana.
Las estadísticas oficiales son elocuentes. La Dirección General de Crédito Público, en su informe al 31 de enero de este año, destaca que el saldo de la deuda del sector público no financiero (SPNF) totalizó US$29,015.3 millones, representando el 37.6% del producto interno bruto (PIB) estimado.
El FMI reconoce que la economía dominicana continúa con un buen desempeño, pero llama la atención sobre la ralentización de 2017, al registrar un crecimiento de 4.6%. Las perspectivas, sin embargo, son positivas y habrá de ubicarse en torno al 5.5% en este 2018. Los técnicos del Fondo valoran el impacto que tuvieron las medidas de corte monetario durante la segunda mitad del año pasado.
Una de las advertencias que hace el FMI está relacionada con los riesgos que se derivan de precios altos del petróleo. Advierte, de igual modo, de condiciones financieras en el mundo más restrictivas de lo previsto y una demanda externa más débil de lo esperado. Si bien las reformas en marcha continúan fortaleciendo el marco de políticas, existen aún vulnerabilidades estructurales que limitan la capacidad de las políticas económicas de absorber choques y aumentan la vulnerabilidad ante estos riesgos externos.
Para el FMI, el principal desafío de cara al futuro es acelerar las reformas a fin de crear resiliencia contra estos riesgos, elevar el crecimiento potencial y reducir aún más la pobreza y la desigualdad.
Aunque destaca los esfuerzos para fortalecer la posición fiscal, considera que se requieren medidas de consolidación más significativas para abordar las debilidades fiscales estructurales. Al tiempo de reconocer que las medidas recientes para fortalecer la administración tributaria y aduanera ayudan a aumentar los ingresos fiscales, entiende que resultarían insuficientes para revertir la dinámica alcista de la deuda frente al endurecimiento en las condiciones financieras mundiales, precios de petróleo en aumento y una mayor carga del servicio de la deuda.
En este contexto, el Fondo sugiere que se requerirán mayores esfuerzos para reconstruir la capacidad de las finanzas públicas para amortiguar choques, tomando en cuenta el impacto social y sobre el crecimiento en la composición del proceso de consolidación fiscal.
Esto, según su declaración tras la revisión de la economía dominicana, significaría centrar el ajuste sobre la ampliación de la base impositiva, incluyendo la focalización de exenciones e incentivos fiscales, y la simplificación del sistema tributario, a la vez que se protegen a los más vulnerables. Los ahorros que resulten de una carga de intereses más baja podrían entonces destinarse a aumentar el gasto social y la inversión pública.
Lo que sí está lo suficientemente explícito es que estas recomendaciones del organismo multilateral, que no son obligatorias, son necesarias.