Los principales bancos centrales ya empezaron a subir sus tasas de interés, lo que impactaría sobre todo en los instrumentos de renta fija. La Fed no descarta subir sus tipos de interés hasta tres veces en 2018, aunque esto dependerá en gran medida del comportamiento de la inflación. Diez años después del inicio de la Gran Recesión, las economías desarrolladas se han mantenido a flote en sentido general por las políticas monetarias expansivas implementadas por los bancos centrales a nivel internacional.
Para muchas personas podría parecer que 2018 es solo el principio de una recuperación económica real, pero también podría estar llegando al final. La economía mundial es cíclica y tiende a caer en una misma recesión cada ocho o diez años, y la última finalizó en 2009. ¿Cuál sería el motivo más probable de una próxima caída importante? Que los bancos centrales inicien su normalización monetaria demasiado rápido. Ante este último escenario, los inversionistas han comenzado a vender tanto acciones como bonos de forma masiva frente a un panorama incierto en términos de cómo reaccionarán las economías desarrolladas con menos intervenciones de las autoridades monetarias.
Las acciones se benefician en un entorno de bajos tipos de interés, mientras que ocurre lo contrario con los bonos (si suben los tipos es negativo para el precio). Cabe destacar que desde hace aproximadamente 10 años, los bancos centrales han propulsado la demanda para inversiones en instrumentos de renta fija a través de sus programas de flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés).
República Dominicana tampoco está al margen de lo que ocurre en los mercados internacionales, sobre todo si sigue subiendo la rentabilidad del bono del tesoro y la inflación en EEUU.