Vladimir Guerrero se sumó a Pedro Martínez y Juan Marichal para integrar el muy exclusivo club de jugadores dominicanos de las Grandes Ligas que ingresan al Salón de la Fama de Cooperstown.
Se trata de un reconocimiento para los atletas y de un privilegio del que República Dominicana podría sacar más ventajas para promover su imagen internacional. Sería extraordinario en el plan de proyección del turismo y del arraigo social y cultural del béisbol en nuestra tierra.
Debemos estar de fiesta, y los ministerios de Turismo y Deportes, que recibieron a Vladimir Guerrero en el aeropuerto bajo el ritmo del merengue, podrían aprovechar su imagen y pedirle una colaboración para, por ejemplo, rodar un comercial que promueva que más turistas de toda Norteamérica se interesen por República Dominicana.
Solo basta recordar que, según cifras oficiales, provenían de América del Norte el 56.3% de los 5,560,787 visitantes no residentes que entraron al país por los distintos aeropuertos entre enero y noviembre de 2017.
De modo que un comercial voluntario con nuestros miembros del Salón de la Fama podría ser un regalo de Vladimir Guerrero, Pedro Martínez y Juan Marichal a su país y a todos sus fanáticos. Además, Turismo podría agenciarse que un cineasta de los que se abren paso, como José María Cabral, dirija el comercial también a modo de colaboración y, sumados, ayudemos a generar riquezas, algo que nos beneficia a todos.