De acuerdo con las estadísticas de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), durante el pasado año 2017 se registraron o formalizaron 4,631 nuevas empresas o unidades productivas, entre las que figuran instituciones del Estado. Ese incremento en la formalidad empresarial también ha dado como resultado un aumento considerable en la formalización de empleados.
El informe estadístico de la TSS indica que en 2017, a pesar de ser un año de desaceleración económica, en donde la economía medida por el producto interno bruto (PIB) apenas creció 4.6%, extrañamente, la cantidad de empleos formales aumentó de manera muy positiva, con el ingreso de 160,321 nuevos trabajadores.
Se pudiera interpretar como contradictorio el hecho de que en momentos en que la economía crece menos, la oferta de empleos aparentemente aumentó en proporciones mayores que cuando se ha producido un crecimiento económico mucho mayor.
Lo que pasa es que la oferta de empleos no es directamente proporcional con el crecimiento económico. Esto así, porque es posible que en un año determinado se registre un crecimiento alto de la economía porque un sector específico de alto impacto en el PIB se dinamizó. Pero si ese sector no es de los que utilizan grandes cantidades de trabajadores en sus procesos productivos, entonces no impacta en la oferta de empleos.
Por ejemplo, el sector minero tiene un alto impacto en el crecimiento económico, las exportaciones y la generación de divisas. Pero en este país solo hay una gran empresa minera, productora de oro, que cuando aumenta su producción impacta de inmediato en el crecimiento. Sin embargo, la minería no usa grandes cantidades de empleados, por lo que la oferta de trabajadores se queda corta en ese tipo de variaciones económicas.
Otra cosa sería si el sector que crece es de los que generan muchos empleos, como el turismo, la industria manufacturera, las zonas francas. En esos casos, cuando el crecimiento es elevado, su impacto es proporcional entre peso en el PIB y generación de empleos.
Pero no se puede afirmar que en el caso de República Dominicana el año pasado haya habido un aumento en la cantidad de empleados formales superior a los 160,000 puestos por un crecimiento en sectores que demandan mucha mano de obra. Por el contrario, esos sectores crecieron poco.
Lo que ocurre es que se puede dar el caso en que durante un año de restricciones económicas, se verifique mayor formalización de la mano de obra activa, no de creación de nuevos empleos, sino de registro de empresas y empleados ya existentes. Solo hay que fijarse que el año pasado, la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) logró por primera vez en más de una década superar su meta de recaudación, algo que no conseguía en años de elevado crecimiento.
Uno podría preguntarse: ¿por qué crecen más las recaudaciones y hay más empleos formales cuando la economía se desaceleró? Eso podría deberse a que la autoridad tributaria hizo un mayor esfuerzo de lucha contra la evasión fiscal, provocando en las unidades empresariales un mayor cumplimiento en el pago de sus obligaciones impositivas, por un lado, y la formalización o registro de sus empresas y sus empleados, por el otro.
Esos dos factores sí pueden explicar el hecho de que con una economía desacelerada, que creció 4.6% en 2018 cuando en años anteriores promediaba el 6.5% y hasta 7% anual, las recaudaciones fiscales aumentaron de forma favorable y la TSS ha visto entrar a la formalidad a más de 4,000 nuevas empresas para alcanzar las 74,923 al cierre del año.
Esas más de 4,000 empresas formalizadas el año pasado hicieron entrar al mercado laboral formal los 160,321 trabajadores a que hace referencia la TSS. De esa forma, al cierre del año pasado, la TSS registra la cantidad de 2 millones 37 mil 960 trabajadores, un 8.5% más que el mercado laboral formal del cierre de 2017.
No hay dudas de que las labores de eficiencia y esfuerzo por transparentar las operaciones de los mercados en el país contribuyen con la captación de más ingresos y la formalización de más empleos, aun cuando eso implique también una ralentización de la economía.