- Siempre explica todo en detalle: Si entiendes que el cliente tiene alguna duda acerca de la inversión, toma la iniciativa de responderle cualquier consulta de forma que el inversionista quede conforme con el asesoramiento.
- Ponte en el lugar del inversionista y piensa si lo que tú le estás explicando honestamente es la mejor alternativa de inversión.
- Evita asesorar de forma genérica, es decir, ofrecer un instrumento de inversión que tú entiendas que encaje con todo tipo de perfil de inversionista. Siempre brinda asesoría personalizada sobre el portafolio de inversión específico del inversionista y soluciones financieras que vayan acorde con el perfil de inversionista del cliente.
- Nunca esperes a que el cliente te haga preguntas, ya que el mismo puede entender que no necesita hacerte ninguna consulta por falta de conocimiento. Toma la iniciativa de preguntar al cliente si ha entendido bien el producto y/o el servicio y ofrece a repetir cualquier información que ayude al cliente a sentirse más cómodo con la inversión.
- Explícale en detalle al cliente sobre el desempeño del mercado (si entiendes por tu experiencia que los activos están sobrevalorados, tasas de interés, y economía en general). Es decir, hacer un análisis fundamental para que el cliente entienda cómo el mercado podría afectar su inversión.
- Planifica con el cliente con qué periodicidad desea monitorear sus inversiones.
- Explícale de forma detallada el prospecto de colocación del título valor.
- Explícale de forma visual (gráfico, tablas) cómo funcionan sus productos de inversión.
En fin, recuerda que tu objetivo principal es brindar un asesoramiento personalizado y siempre confirmar con el cliente que ha entendido bien el funcionamiento del producto de inversión.