Según el estudio más reciente de Productos Agotados en Góndola (PAG) que cada año realiza GS1 Dominicana, el porcentaje de productos agotados en góndolas fue en septiembre, tras el paso de los huracanes Irma y María, de un 28.40%.
Esto es, indica un comunicado con los datos del estudio, 7.03 puntos porcentuales por encima del resultado de la pasada edición del estudio en Abril 2017, que registró un agotado de un 21.37%.
El documento recuerda que los efectos no fueron directos aunque República Dominicana sí tuvo zonas afectadas, algunas incomunicadas por semanas y que aún están recuperándose.
GS1 Dominicana mide estos indicadores de faltantes desde hace más de 7 años, a través de un proceso de evaluación de la disponibilidad de producto en góndola en más de 45 puntos de venta de siete de las principales cadenas comerciales, en 8 ciudades del país.
Algunas de las causas de los productos agotados con mayor porcentaje se deben a error de inventario con un 31.19% y punto de venta no generó el pedido con 36.56%.
Para realizar este estudio fueron medidos más de 122,526 productos de las cestas: Alimentos, Bebidas Alcohólicas, Bebidas No Alcohólicas, Cuidado Oral y Cuidado Personal para un total de 28 categorías diferentes correspondientes a aquellas de mayor rotación en cada uno de los 45 Puntos de Ventas de las 7 cadenas de supermercados auditadas. El objetivo del estudio es conocer el nivel de faltante de cara al consumidor y, lo más importante, poder identificar las causas que lo generan.
Este estudio se amplía en cada edición, refiere GS1 en un comunicado, pues para esta edición del estudio fueron incluidas 4 nuevas ciudades (Bávaro, Higuey, La Vega y Moca). “A su vez, ya tenemos disponible la plataforma GS1 Reports: un visor de datos online que permite a los usuarios tener información en tiempo real de sus agotados, además de poder personalizar reportes y poder compartir con otros usuarios y filtrar los resultados de acuerdo a sus necesidades”, dice.
El Estudio PAG también brinda resultados desde la óptica del consumidor a través de las encuestas que muestran que el 64.63% de los clientes no consiguió todos los productos y marcas que buscaba al momento de realizar sus compras; también refleja que el 33.60% de los clientes que no encuentran el producto que buscan, optan por comprar otro marca del mismo producto, así como el 16% decide trasladarse a otro punto de venta de otra cadena; todo esto demuestra el riesgo de pérdida de ventas y clientes que sufren tanto los detallistas como los proveedores de las distintas marcas al no garantizar la disponibilidad de sus productos, error fatal en un mercado cada vez menos fiel y más exigente.
Las situaciones anteriores se traducen en una sola cosa: pérdida de dinero. Por un lado, disminución de potenciales ventas que afectan los ingresos de su compañía y la fidelización de su grupo objetivo. Un sólo producto agotado puede llevar a la pérdida de un cliente tanto para proveedores como para cadenas detallistas.
De otro lado, se evidencian fallos de los esfuerzos en la logística del punto de venta, ya que finalmente no logró cumplir con su principal objetivo: “Colocar los productos adecuados, en el lugar adecuado, en el momento preciso y en las condiciones deseadas por el consumidor”.
Gracias a la identificación de estas situaciones a través del estudio de productos agotados en góndola las compañías participantes toman acciones sobre sus procesos logísticos y abren espacios para gestionar los factores que afectan la disponibilidad de producto.
El análisis refiere que los desastres naturales, como huracanes, tormentas y sismos, producen una enorme impacto sobre la economía de cualquier país y lamentablemente las pérdidas materiales son inevitables para los negocios.
En general, las economías latinoamericanas se caracterizan por tener una base económica concentrada en el sector agrícola, ganadero y/o pequeñas o medianas empresas.
Así que, tras un desastre natural, los comercios dentro de estos sectores enfrentan problemas debido a factores como la necesidad de asumir costos por reconstrucciones, adaptaciones o simplemente porque la producción puede verse detenida así como las vías de transportación paralizadas. En este sentido, la cadena de valor se ve comprometida y muchos proyectos e inversiones deben ser reprogramadas o sufren importantes demoras.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los desastres naturales en América Latina han disparado de forma importante las importaciones en la última década, reduciendo al mismo tiempo las exportaciones como consecuencia de la pérdida de infraestructura, producción y/o cosechas destinadas a los mercados extranjeros.