El gobernador de la provincia Sánchez Ramírez, Juan Félix Núñez Tavárez, es uno de los abogados de mayor respeto y amplia trayectoria en esta demarcación geográfica. Ha logrado hacer carrera sobre la base del trabajo tesonero y perseverante. Viene de abajo, del pueblo. Hablé con él el pasado día 25 de este mes, en su oficina, junto con Iris Valentina Villa y Madeline Martínez.
Lo llamé de sorpresa, como las visitas que realiza el presidente Danilo Medina, a quién él representa en esa provincia. Me tomó la llamada en el primer timbrazo y no dudó en recibirme. ¡Qué bueno que hay funcionarios que entienden su rol ante la sociedad! Aunque no pertenezco a algún partido político, porque los considero desprestigiados y sin la moral suficiente para seguir prometiendo solución a los problemas que por tantos años hemos padecido como sociedad, me puse a sus órdenes.
Desde el punto de vista de los recursos de que dispone para solucionar problemas, por más que quiera, es muy poco lo que un gobernador provincial puede hacer. Sin embargo, el hecho de ser quien represente al Poder Ejecutivo le da una categoría de canal directo con el Presidente. Núñez Tavárez asumió el cargo en agosto de 2016.
Como profesional realizado que es él, estoy seguro que no está de acuerdo con el paternalismo desde el Estado, aunque esta sea la práctica obligada en un contexto de presiones sociales. Y debo decirlo: me cayó bien el gobernador. Lo sentí consciente de su papel frente a los habitantes de Sánchez Ramírez. He oído que acostumbra visitar las comunidades con cierta frecuencia.
En días pasados visitó la comunidad de Chacuey Abajo, del distrito municipal de Platanal. Se vio obligado a hacerlo, pues hubo protestas en reclamo de la construcción de obras, algunas anunciadas hace mucho tiempo, y otras, como el acueducto, que no funciona por fallas eléctricas. Son comunidades preñadas de pobreza y con una capacidad de resistencia increíble.
Le aconsejé que no deje que esas comunidades, todas de Platanal, protesten por asuntos tan insignificantes desde el punto de vista de costo económico para el Estado. A él, como representante del Poder Ejecutivo, no sólo le compete resolver, sino cuidar de la imagen de su Presidente.
Y hay que decirlo en voz alta: Chacuey Abajo, de Cotuí, es una comunidad repleta de pobreza, de personas que miran al horizonte sin una meta definida, pero que esperan la oportunidad de aportar al desarrollo económico del país. Ganas de ver en qué trabajan no les falta. De manera conservadora hay que decir que el desempleo raya el 70%. Así no se echa pa’lante ni se logra hacer que los ciudadanos sean productivos.
La única fuente de empleo formal en la zona es el sector educativo y los “empleítos” que tiene la junta distrital, que son alrededor de 80. Luego, si hablamos de producción agrícola, todo está diezmado y los pocos que poseen la tierra, salvo las excepciones de lugar, no la ponen a producir. El arroz y el cacao son los dos productos de mayor cultivo.
El motoconcho, como alternativa a la producción agropecuaria, es otra de las fuentes de ingreso, pero no rinde lo suficiente para calificarlo como una actividad rentable. Ante esta realidad es que un funcionario, el que sea, pide paciencia a una población que no sabe cómo obtener RD$100 para comprar dos cubetas de agua para asearse o cocinar. Hay que estar en sus zapatos para conocer esa verdad.
Sé que el gobernador provincial tiene las mejores intenciones. Y también estoy seguro que hará todo lo posible por que se resuelvan los problemas básicos de esas comunidades. Ojalá que estas obras, como la que presenté al ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, no se queden en el limbo. El concepto de prioridad, si lo vemos o analizamos desde el punto de vista filosófico, es relativo. Una pequeña obra en una comunidad, por más insignificante que sea para el Gobierno, podría ser la solución definitiva a un gran problema.
Resulta inconcebible que una provincia que pare oro, que sus entrañas están llenas de riquezas, que aporta más de US$1,200 millones a la economía sólo con la explotación de los minerales en Pueblo Viejo, cargue con tanta pobreza. ¿Quién debe explicar esto?