Marcial Najri fue el orador invitado en el almuerzo que con motivo de su 55 aniversario celebró la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD). En un estilo coloquial, habló sobre la línea del tiempo: pasado, presente y futuro se conjugaron para regalar a sus oyentes lo mejor de sus 47 años de experiencia empresarial y humana y, a la vez, lo mejor de su visión. Aquí se ofrecen para los lectores de elDinero algunas de sus principales preocupaciones.
Preocupación por lo institucional
“¿Por qué se nos hace tan difícil actualizar aquellas leyes, normas y reglamentos, que estando desfasados de la realidad obstaculizan el desarrollo y encarecen las operaciones, mientras crean oportunidades para que los más atrevidos las burlen?”, se preguntó Najri en la magistral conferencia.
Afirmó que, como sociedad, se debería dedicar más tiempo a analizar cómo hacer de las leyes motor de desarrollo.
“Las leyes deben normar, sin obstaculizar las oportunidades y facilitar la creación de empleo, que es progreso, dentro de un clima justo y equitativo, que no incentive su evasión y que no se tolere su incumplimiento”, indicó y agregó que “con frecuencia el sector oficial ante una infracción, en vez de penalizar al incumplidor, regula con imposiciones generales o incrementando la burocracia, afectando las operaciones de la mayoría, que sí son cumplidores”.
Preocupación por el tema impositivo
A lo largo de la conferencia Najri tocó algunos elementos del sistema impositivo. Aseguró que mientras el ITBIS sea más alto que el beneficio bruto de comercializar un producto, existirá la motivación de evadirlo. “Opiniones de expertos sugieren un ITBIS mucho menor, generalizado y casi sin exenciones. Yo estoy de acuerdo”, señaló.
Explicó que el 73% de las exenciones son en las áreas de salud, zona franca, generación eléctrica y educación. “Ese sacrificio fiscal, salvo tal vez alguno que otro puntual, no es, y repito, no es un privilegio al sector empresarial, es un beneficio otorgado a la población canalizado a través de los sectores intermediarios, sean públicos o privados”.
Se quejó de que “con la teoría que una mentira dicha 1,000 veces se convierte en verdad, algunos técnicos fiscales y economistas extranjeros y del patio, nos quieren convencer de la baja presión tributaria del país”. Aseguró que es un argumento con el que se han justificado múltiples incrementos de impuestos bajo el nombre de reformas fiscales.
Preocupación por la imagen del empresariado
Lamentó que se haya construido una imagen negativa del empresariado. “Pareciera como si tener una empresa, dar empleos, cumplir las obligaciones impositivas, acumular mensualmente un pasivo laboral equivalente a casi el 50% de la nómina, pagar seguro médico, público y privado, plan de pensión, etc., y además competir dentro del mercado local y con el competidor del exterior, es tarea fácil”, expresó y señaló que el sector empresarial es el principal motor de los diversos planes sociales que implementan los gobiernos.
Un marco para la creación de empleos
Una preocupación con la que concluyó el empresario su intervención fue la del empleo.
Expresó que dado el nuevo marco internacional existente, las actuales leyes laborales del país deben adecuarse a esta realidad.
“Nos hemos olvidado que cuando creamos puestos de trabajo en la industria nacional también creamos puestos de trabajo en el comercio local, a diferencia de cuando la creación de empleos en el comercio es por importación, la generación de empleos entonces ocurre en el sector industrial de otras naciones”, señaló al describir la dinámica laboral dominicana.
Preocupación por el deterioro social y moral
Con la sensibilidad que le caracteriza, Najri aseguró que, “sin prisa pero sin pausa, la sociedad dominicana se ha encauzado a un deterioro de la calidad moral y social”.
Al describir la situación dijo: “Hoy es normal oír malas palabras en la radio; ver hombres orinando en las carreteras sin ningún decoro; del tránsito ni se diga; botar basura a la calle hasta desde un carro de lujo es común; cada quien pone un negocio o una vivienda en cualquier parte, y ni hablar del irrespeto por la vida misma. ¿Cómo justificamos que en el país haya más bancas de apuestas que kilómetros cuadrados?”.
En su juicio, hay ausencia del principio más básico de la educación familiar: Que toda falta conlleva una consecuencia. “Cuando no hay consecuencia al momento de cometer una pequeña falta, esta actitud se generaliza”, indicó Najri.
Preocupación por un producto agrícola: el arroz
El empresario dedicó parte de su intervención a externar su preocupación por la producción arrocera nacional. Señaló que las zonas arroceras son parte importante de la economía: 14 de las 31 provincias del país son arroceras, unos 50 municipios son prácticamente arroceros, con más de 30,000 agricultores dedicados a la siembra del arroz.
“En la provincia Duarte el cultivo del arroz representa el 69% de la empleomanía de la actividad agrícola, en Nagua el 79%, en Valverde el 68%. Solo en esas tres provincias hay casi tantas personas empleadas en el sector arrocero, unas 34,000 personas, que en la totalidad del sector bancario nacional”, explicó y añadió que “hoy los 10 millones de dominicanos y los 6 millones de turistas comen arroz dominicano. De no corregirse los efectos del DR-CAFTA, todo el arroz a consumir será de importación, al consumo de hoy, unos US$350 millones anuales, en un rubro que somos autosuficientes”. Consideró la alimentación como un tema estratégico de seguridad nacional.
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