Las reducidas infraestructuras hoteleras y el alto precio de viajar por la autopista del Nordeste son, desde el punto de vista de los hoteleros, elementos que impiden el desarrollo de todo el potencial turístico de la provincia Samaná, con su principal ciudad ubicada en una península de la isla Santo Domingo y a 245 kilómetros la capital dominicana.
Juan Bancalari, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Samaná (Ahetsa), considera “una locura” el precio del peaje de la autopista del Nordeste (Juan Pablo II).
Con una extensión de 97 kilómetros desde Las Américas, Santo Domingo, hasta conexión con la carretera Nagua-Sánchez, la autopista cuenta con cuatro peajes. Los conductores de vehículos livianos deben pagar montos de RD$53, RD$183 y RD$215, pero si quieren seguir para Las Terrenas deben cubrir un cuarto peaje de RD$533. En total suman, RD$984.
Bancalari entiende que el Estado debe modificar el contrato con la empresa administradora de la carretera para bajar el precio de los peajes y, así, motivar la llegada de turistas dominicanos que dinamicen la economía de la provincia en un ambiente de mayor competitividad.
Entre los principales elementos naturales que diferencia a Samaná figuran Cayo Levantado, una pequeña isla rodeada de arena blanca, y el Salto del Limón, una chorrera guardada entre montes verdes. También, las playas Rincón, Las Galeras y, del otro lado de la bahía, el Parque Nacional Los Haitises. La temporada de observación de ballenas jorobadas distinguen la provincia.
El turismo sostenible, enfocado en la experiencia del visitante, permitirá fortalecer el atractivo de Samaná, afirma el presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), Joel Santos, quien explica que para tener mayor flujo de visitantes la provincia necesita el apoyo de sus comunidades.
“Los hoteleros abogaban por que sus visitantes estén todo el día en el hotel; sin embargo, ahora le ofrecen excursiones para conocer la zona, lo cual ayuda a que los ciudadanos se esfuercen por tener comunidades más sostenibles”, dice.
Considera que el desarrollo económico de Samaná depende de los turistas y de ofertar una buena experiencia para el visitante. Entiende que para impulsar el desarrollo de la bahía las autoridades deben prestar atención al manejo de aguas residuales, poner en funcionamiento las plantas de agua y mantenerse en alerta para evitar la erosión de las playas.
Asegura que la Asonahores desarrolla un plan para regenerar las playas de la zona, porque “la belleza de las playas son un elemento central que identifica el país a nivel internacional”.
Resalta la necesidad de introducir el concepto de ecoturismo y la creación de una política que obligue a los cruceros a suplirse dentro del país. Dice que Samaná, por ser un destino turístico, necesita de un campo de golf, un deporte élite que ayudará a dinamizar el turismo.
Santos dictó la conferencia “Hacia un turismo sostenible y responsable en Samaná”, durante la celebración del cuarto encuentro anual para el desarrollo turístico de la provincia, denominado “Samaná tesoro natural: Salto del Limón, patrimonio de todos”.
El directivo de la Asonahores refirió que el mayor número de habitaciones registradas lo posee la zona Este, con más de un 60%. Sin embargo planteó la necesidad de involucrar a las demás provincias para que el país pueda recibir para el año 2020 al menos 10 millones de turistas, un anhelo de la gestión de Danilo Medina.
“Para cumplir con los 10 millones de visitantes anuales al 2020 y el sector turismo aportar cerca del 30% al PIB, el país deberá tener por lo menos 120,000 habitaciones y continuar con el proceso de diversificación en cuanto a sus visitantes”, dijo.
La ocupación hotelera en Samaná de enero a julio 2017 era de un 73.6%, igual que el año pasado, según la Asonahores. En julio la tasa promedio en la provincia decreció en -4.3% con respecto al mismo mes del año pasado, al bajar de 67.2% a 60%, una pérdida de 2.7 puntos porcentuales.
La llegada de extranjeros no residentes en enero-julio de 2017 por el aeropuerto El Catey, de Samaná, presenta una baja de 0.29%, al pasar 46,254 en 2016 a 46,121 visitantes en 2017. Los extranjeros pasaron de 45,153 a 45,883 en enero-julio de 2017, para un crecimiento de 1.62%. Los nacionales no residentes bajaron de 1,101 en 2016 a 238 en el presente año.
Joel Santos recordó que el turismo generó US$6,387 millones el año pasado y avanza a aumentar a US$7,000 millones en 2017. Además, que atrajo US$670 millones en inversión extranjera directa. Agregó que los bares y restaurantes han tenido gran auge en el sector, ya que aportaron el 22% al PIB con la generación de 327,973 empleos directos en 2016.