Hablar de la India, esa nación asiática de 1,200 millones de habitantes, es hacer referencia a una de las economías más grandes del mundo, con un crecimiento que sirve de referencia para los mercados emergentes. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que crecerá 6.4% al finalizar 2017 y que en 2018 la expansión del producto interno bruto (PIB) será de 7.4%.
Además de su ponderación en la economía global, 2.84% del PIB mundial, es un país con una carga cultural e histórica que lo hacen atractivo para explorar. Sus autoridades, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, se han dado cuenta que América Latina es un mercado ávido de nuevas inversiones, con más de 700 millones de consumidores y con las puertas abiertas para los productos de manufactura hindú. La industria farmacéutica india y su desarrollo en las altas tecnologías captan la atención mundial.
Otro de los campos en los que la India ha logrado un buen nombre es en la industria automotriz. Mahindra y Tata Motors son emblemáticas. El ministro de Industria Pesada, Girish Shankar, estima que el sector crecerá 3.5 veces de aquí al 2026.
Un reporte publicado recientemente en Bloomberg establece que India está próximo a desplazar a China como economía emergente. Una de las ventajas, según Anis Chakravarty, economista de Deloitte India, es que la población es joven, lo que no sucede en el vecino chino. Estima que la fuerza de trabajo hindú aumentará de 885 millones a 1,000 millones en los próximos 20 años.
“Habrá así un aumento del potencial económico, gracias también a un incremento de mujeres en la fuerza laboral. Las consecuencias para los negocios será enorme”, explicó Chakravarty. La industria farmacéutica es uno de los mejores ejemplos de expansión en India. En 2005 exportó US$3.9 billones en medicamentos, pero al cierre de 2017 esa cifra se elevará a US$16.8 billones, es decir, 4.3 veces más en sólo una década.
Sin embargo, hacer referencia a su desarrollo económico conecta con un país de marcados contrastes entre ricos y pobres, entre la ciudad y las periferias; entre la majestuosidad de sus templos y torres de apartamentos con sus barrios preñados de necesidades. El hacinamiento es común en cualquier ciudad. Nueva Delhi, Mumbai y Agra son testigos de estas diferencias sociales y económicas. De los 1,200 millones de habitantes hay 700 millones viviendo en la pobreza. Por supuesto, los millonarios y quienes pertenecen a la clase media se calculan en 300 millones, o sea, más que la población adulta de Estados Unidos.
Para Nandan Unnikrishnan, vicepresidente del Observer Research Foundation, con sede en Nueva Delhi, aunque ha habido avances importantes en las relaciones con la región, aún hay un gran espacio para fortalecer el comercio. Menciona que las distancias físicas no pueden ser tomadas en cuenta para incrementar el intercambio.
El experto y diplomático hindú señala que el comercio fue de US$30,000 millones durante 2016, de los cuales US$12,000 millones fueron a través de la prestación de servicios. Brasil es el socio más importante de India en América Latina, seguido por México, Venezuela, Argentina, Chile, Perú, Colombia y República Dominicana.
Destaca que India y Mercosur negocian un acuerdo que en principio se incluyen alrededor de 400 líneas de productos. Señala que en 2016 América Latina recibió US$211,000 millones en inversión extranjera, de los cuales US$9,000 millones sólo fueron de la India. Se preguntó por qué no incrementar la participación a US$50,000 millones.
El director financiero de la Bolsa de Valores de Mumbai, Nayan Mehta, destaca el aporte que esa entidad hace al comercio y economía de la India. Señala que es una de las más importantes del mundo, pero que ofrece participación a cualquier empresa sin importar su tamaño.
“Aquí le damos oportunidades a todas las compañías que quieran desarrollar el comercio y fortalecer las inversiones tanto local como globalmente. Los inversionistas pueden ser pequeños, medianos o grandes y todos tienen igual tratamiento”, asegura.
Explica que la entidad evita las operaciones oscuras o de lavado de dinero porque se cumplen procedimientos que no pueden ser pasados por alto bajo ninguna circunstancias. Afirma que todas las empresas que transan en la bolsa están en el sistema financiero, lo que les obliga a hacer una debida diligencia.
República Dominicana
El embajador dominicano en la India, Hans Dannenberg Castellanos, explica que cuando se abrió la embajada residente en Nueva Delhi, en 2006, las relaciones diplomáticas con la India apenas tenían siete años, pues la firma se hizo en 1999. Reconoce que la delegación se abrió a insistencia del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD) cuando era dirigido por Eddy Martínez Manzueta.
Indica que la visión era, desde la apertura, aprovechar el desarrollo que tiene India en la tecnología, a propósito de la apertura del Parque Cibernético de Santo Domingo (PCSD). La meta era atraer empresas indias para que se instalen en el país, principalmente a través de los centros de llamadas.
Al momento de abrir la embajada dominicana en India el comercio era mínimo, de apenas US$23 millones. “Cuando se abrió la delegación se trabajó para atraer estas empresas indias de centros de llamadas (Call centers) y ahora hay más de diez en el país, que emplean a dominicanos aunque son manejados por inversionistas hindúes”, explica.
Uno de los avances más importantes que destaca está relacionado con los farmacéuticos genéricos, pues cuando se iniciaron las relaciones diplomáticas eran muy pocos los que llegaban al país. Indica que los medicamentos indios son de más fácil acceso para los dominicanos de pocos recursos y una parte importante de los hospitales se suplen de la industria farmacéutica india.
Sobre la capacidad que tiene República Dominicana de fiscalizar la calidad de los medicamentos indios que llegan al país, Dannenberg Castellanos explica que para que un fármaco entre debe estar legalizado primero en India por el Departamento de Salud, la Cancillería India y la embajada dominicana. “Se cumple con todos los requisitos. Hay muchas medicinas que quieren entrar el mercado local, pero no han podido porque no han cumplido. El Ministerio de Salud Pública hace un excelente trabajo en este sentido”, señala.
Respecto a los textiles, indica que la zona franca del Grupo M, en Santiago, acaba de hacer un acuerdo con una empresa de Sri Lanka para crecer los negocios y el intercambio de conocimiento.
Además, dice, hay muchas empresas dominicanas que utilizan expertos en tecnología de la información, entre las que están entidades financieras que confían parte de su plataforma tecnológica a empresas indias. Esto quiere decir, sostiene, que el intercambio entre estos dos países cada día crece más.
Como muestra del avance de las relaciones diplomáticas y económicas, el embajador destaca que en estos momentos el comercio bilateral está en US$2,200 millones, aunque con la balanza a favor de la India. Sin embargo, explica, muchos productos dominicanos ahora se pueden ver en el mercado indio.
“Aquí se vende ron dominicano y tabaco. Está en el caso de la línea de cigarros Armenteros, que está hecho sólo para este mercado”, apunta.
BSE
La Bolsa de Valores de Bombay (BSE, siglas en inglés) está ubicada en la ciudad de Mumbai, Maharashtra. Fue fundada en 1875 y es considerada una de las más rápidas de Asia, con una velocidad de 200 microsegundos. Además, es uno de los grupos financieros principales de la India y la bolsa de valores más antigua de la zona sur de Asia. En enero de 2015, con una capitalización bursátil de 1.7 billones de dólares, se convirtió en la décima bolsa de valores más grande del mundo.
En la BSE cotizan más de 5,400 empresas, por lo que se ubica entre los primeros puestos del ranking mundial. Sus orígenes se remontan a 1855, cuando comerciantes se reunían a la sombra de árboles frente al edificio municipal.
Acercamiento
En 2015 hubo un acercamiento entre industriales dominicanos y autoridades de la India, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Vijay Kumar Singh, sostuvo encuentros con el fin estrechar lazos y allanar el camino para futuras alianzas económicas.
El presidente de la Asociación de Industrias (AIRD), Campos de Moya; y la vicepresidente ejecutiva de la organización empresarial, Circe Almázar, acompañados por el embajador dominicano en India, Hans Dannenberg; el entonces vicecanciller César Dargam, y el embajador indio en territorio dominicano, Cuba y Haití, Chinthapally Rajasekhar, lideraron las reuniones de negocios.
Entre los propósitos estuvo aumentar el intercambio de productos y servicios entre ambos países, que en 2013 alcanzó los US$132 millones y ascendió US$600 millones en los últimos cinco años. En ese intercambio, el país tiene un saldo deficitario, que fue de US$122 millones en 2014.
“Queremos firmar un acuerdo macro de intercambio de información y asistencia por parte de India para el entrenamiento y capacitación de personas en el área de energías renovables. Constantemente se están enviando dominicanos a India a participar en estudios, seminarios de diferentes índoles”, dijo De Moya.
Plantearon la posibilidad de exportar materias primas dominicanas para la elaboración de productos terminados en India, especialmente en electrónica, farmacéutica y equipos médicos.
Dannenberg Castellanos expresa que los resultados de cualquier iniciativa diplomática no se ven a corto plazo, sino que es menester esperar. En su caso, dice, ha tenido la suerte de ser el embajador durante 12 años en la India y por eso ha visto parte de la cosecha de lo que hace más de una década comenzó a sembrarse.