China Popular y Taiwán tienen un enfrentamiento histórico desde hace más de 60 años, porque ambos países se consideran herederos del gobierno de China. Desde el inicio del conflicto, Pekín, capital de China Popular, obliga a los países con los que tiene vínculos diplomáticos a negárselos a Taipéi, capital de Taiwán, porque la cataloga como la “provincia renegada”.
En junio de este año, Panamá anunció el establecimiento de las relaciones con China Popular y, por consiguiente, el rompimiento de los lazos diplomáticos con Taiwán. Ahora solo 20 países de América Latina y el Caribe, África, Europa y Oceanía reconocen el gobierno de Taipéi.
Los países de América que mantienen lazos con Taiwán son: Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Haití y República Dominicana.
El profundo interés manifestado por las autoridades chinas en fortalecer los vínculos con América Latina y el Caribe ofrece a la región una oportunidad histórica, resalta Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En el informe “Relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y China: oportunidades y desafíos”, presentado en noviembre del año pasado, Bárcena asegura que la cooperación entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y China podría privilegiar la renovación de la política industrial, favoreciendo el procesamiento de los recursos naturales y sus encadenamientos productivos con las manufacturas y los servicios.
“Todo ello contribuiría a diversificar las exportaciones de la región, elevando su contenido de conocimiento y su valor agregado”, asegura Bárcena.
El año pasado las inversiones de China en el exterior aumentaron un 43.5% respecto a 2015 y alcanzaron un nuevo máximo histórico de US$183,100 millones, hasta colocarse como el segundo inversor del mundo por detrás de los Estados Unidos, según los datos de la Cepal. Mientras que en América Latina y el Caribe, China está dentro de los países con mayores operaciones.
En 2016 las empresas del gigante asiático realizaron tres de las mayores 20 operaciones y los negocios de mayor monto se concentraron en energía o minería y tuvieron como destino Brasil.
China Molybdenum Co. adquirió los negocios de niobio y fosfatos de la británica Anglo American por US$1,500 millones y China Three Gorges Corporation compró las plantas hidroeléctricas de la estadounidense Duke Energy Corp. por US$1,200 millones. Además, incursionó en un sector novedoso dentro de su perfil de inversión con la adquisición del 23.7% de la aerolínea brasileña Azul S.A. por parte de Hainan Airlines Co. Ltd. por US$450 millones.
Brasil sí mantiene vínculos diplomáticos con China, pero hay otros países donde Pekín no tiene embajada y aún así posee buenas relaciones comerciales y realiza inversiones millonarias.
Tal es el caso de Nicaragua, donde fue autorizada a la empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), con sede en Hong Kong, la construcción de un canal interoceánico, con un costo de US$40,000 millones.
Aunque se encuentra paralizado, es el mayor proyecto en la historia de Nicaragua y uno de los más grandes de América Latina.
La segunda mayor potencia mundial también se ha acercado a Haití con el propósito de construir una central eléctrica de 600 megavatios, varios mercados, miles de apartamentos, un ayuntamiento y un ferrocarril. El conjunto de obras demandaría 20,000 trabajadores y se llevaría a cabo con un monto de más de US$5,000 millones.
Con estas inversiones en Latinoamérica, el país más grande de Asia busca crear rutas alternativas para los productos que China exporta mediante la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”.
Con ese fin, China planea invertir en la región US$250,000 millones en los próximos diez años, según anunció el presidente Xi Jinping en 2015, en la reunión de líderes de la Celac.
En este escenario Taiwán no puede competir económicamente con China y el experto en relaciones internacionales, Iván Gatón, considera que no es necesario.
“China está haciendo inversiones en Haití y Nicaragua, y ninguno de los dos países han roto las relaciones diplomáticas con Taiwán”, asegura.
República Dominicana y Taiwán
En el caso de República Dominicana, Iván Gatón señala que ya Pekín tiene inversiones sin tener relaciones diplomáticas con el país.
Explica que conviene más mantener relaciones con Taiwán, porque solo en ayuda mensual el país recibe más de US$1.2 millones. Además de la asistencia que brinda a los Centros de Atención Integral para la Discapacidad (CAID) y al Sistema Nacional de Atención a Emergencias 9-1-1.
El experto también destaca la creación del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), los programas de becas, misiones agrícolas que trabajan con los invernaderos y la mayor inversión en energía solar en el país. “Tenemos el parque solar más grande del Caribe y es una inversión taiwanesa en Monte Plata”.
La primera planta fotovoltaica del país fue construida por la empresa taiwanesa General Energy Solutions a un costo de US$110 millones y una capacidad de generación de 30 megavatios en su primera fase, mediante la instalación de 132,000 paneles solares. En su inauguración, el año pasado, se informó que generaría 300 empleos directos y 1,000 indirectos.
“Con Taiwán tenemos la ventaja de que esas ayudas pueden ser incrementadas y no es necesario romper las relaciones diplomáticas con Taiwán para mantener buenas relaciones comerciales con China Popular”.
Actualmente República Dominicana cuenta con la mayor inversión por parte de Taiwán en la región, la cual asciende a US$168 millones, generando unos tres mil empleos directos, de acuerdo con el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD).
Panamá y China
Cuando Panamá anunció su decisión de romper las relaciones con Taiwán para establecer lazos con China, el presidente Juan Carlos Varela argumentó que China es un país “que por sí solo representa el 20% de la población mundial y constituye la segunda economía más grande del mundo”.
Además, “China es el segundo usuario más importante del Canal de Panamá y el primer proveedor de mercancías de la Zona Libre de Colón”.
Tras el anuncio, el gobierno de Taiwán expresó su “fuerte descontento e indignación” y su líder, Tsai Ing-wen, quien visitó Panamá por última vez en junio del año pasado, ordenó el “cese total de la cooperación y la asistencia bilateral” y la “evacuación del personal de la embajada y de los grupos técnicos”.
También culpó a China por lo sucedido y subrayó que no competirá con el gigante “por la diplomacia del dinero”.
China dividida en dos
Xi Jinping es el presidente de la República Popular China, el gigante asiático que tiene una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras que Tsai Ing-wen es presidenta de la República de China, también conocida como Taiwán, reconocida como país por una veintena de países de América Latina y el Caribe, África, Europa y Oceanía.
De los 20 países que reconocen a Taiwán, 12 se encuentran en América: Belice, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas. Dos en África: Burkina Faso y Suazilandia. Uno en Europa: Ciudad del Vaticano. Seis en Oceanía: Islas Marshall, Islas Salomón, Kiribati, Nauru, Palaos y Tuvalu.
Taiwaneses buscan invertir en RD
Representantes de 24 empresas taiwanesas visitaron el país con el objetivo de explorar oportunidades de negocios en distintos sectores, como el turístico, agrícola, de manufactura y textil.
Los inversionistas, que se reunieron en el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD), manifestaron interés en inversiones que impulsen las exportaciones hacia Estados Unidos y el Caribe.
El embajador de Taiwán en el país, Valentino Tang, resaltó el trabajo que hace su país con República Dominicana para captar nuevas inversiones. Hace unos días, Tang entregó al Centro de Operaciones de Emergencias (COE) US$100,000 donados por Taiwán para ayudar a los afectados por los huracanes.