Los pacientes haitianos podrían enfrentar problemas para acceder a los hospitales públicos, si la gestión de Danilo Medina cumple la advertencia que hizo el ministro de la Presidencia, en el sentido de que el Servicio Nacional de Salud (SNS) cobrará la asistencia médica a los extranjeros.
La medida, de cumplirse tal como la anuncia José Ramón Peralta, contraviene la actitud “solidaria y desinteresada” hacia el pueblo haitiano que pregonó el Gobierno dominicano ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en julio de 2015, cuando —a través de un discurso del entonces embajador Pedro Vergés— planteó que “(…) lo que tenemos, lo compartimos, y lo seguiremos compartiendo”, antes de asegurar que “(…) el presupuesto de República Dominicana en gasto social se invierte en la población extranjera (en su inmensa mayoría haitiana) en el país: en salud pública (decenas de miles de parturientas, y una inversión de más de US$25 millones), educación básica, media y superior (50,000 estudiantes extranjeros, a quienes no se les exige documento de identidad)”.
En 2016 el Gobierno destinó, a través del SNS, RD$3,037.7 millones para brindar servicios médicos a extranjeros a través de centros de salud del Estado, según las memorias de rendición de cuentas del Ministerio de Salud Pública.
Los servicios incluyeron 13,602 partos y 5,862 cesáreas, además de 469,520 consultas.El SNS asegura que entre enero y el 31 de octubre en los hospitales “se atendieron en consulta a 469,520 pacientes extranjeros, de los cuales 442,567 fueron de nacionalidad haitiana (94%) y 26,953 de otras nacionalidades (6%), con una inversión estimada de RD$2,037 millones”.
El Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que para 2015 en suelo dominicano residían 329,281 inmigrantes haitianos.
“Cobrarles (a los inmigrantes haitianos) no sería problema, porque los hospitales, en una buena parte, tienen sistema de facturación a las ARS, de modo que sería solo aplicar el mismo procedimiento; lo difícil es que paguen porque no tienen dinero”, reconoce el director del SNS, Nelson Rodríguez Monegro, quien advirtió hace poco de supuestas “mafias” de traficantes de personas dedicadas a organizar “tours” para traer parturientas del vecino país a los hospitales.
“Hacemos el dimensionamiento de lo que significa la inversión de parte del Gobierno dominicano en atender esas personas, porque, entiendo, debe ser un tema a discutir en la Comisión Bilateral entre ambas naciones; asimismo, de conocimiento de las agencias internacionales y de la comunidad internacional… para buscar la solución”, explica.
La advertencia del ministro Peralta se produce en momentos en que grupos de nacionalistas se presentan a los hospitales para protestar por las atenciones a los pacientes haitianos en detrimento, según alegan, de los servicios a los dominicanos.
Los integrantes de una autodenominada “Mesa Nacionalista” se presentaron a las maternidades de La Altagracia, en el Distrito Nacional, y a la San Lorenzo de Los Mina, en Santo Domingo Este.
Uno de sus integrantes alegó: “no estamos aquí ni por odio ni por racismo, sino porque nuestro país se está perdiendo, y tenemos que salvar nuestro país”.
Por otro lado, medios informativos transmitieron la militarización del hospital público Matías Ramón Mella, de Dajabón, en la frontera norte, para evitar que brinde servicios a haitianos indocumentados provenientes de Ouanaminthe y de otras localidades haitianas.
Reafirma compromiso humano de atender a todos
“Los hospitales, por razones humanas, deben de atender a todas las personas que demanden servicios, no importa su condición socioeconómica ni su preferencia sexual, tampoco su credo religioso, ni su estatus migratorio. Si llegó a un hospital, hay que atenderlo…” Con estas palabras el director general del SNS, Nelson Rodríguez Monegro, cuestiona a los nacionalistas que se oponen a la atención médica a los inmigrantes haitianos.
También el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Waldo Ariel Suero, rechazó las hostilidades contra los migrantes en los centros sanitarios, aunque abogó por mayores controles en la frontera.