[dropcap]L[/dropcap]os dominicanos no nos caracterizamos por ser disciplinados, lo que está haciendo cada vez más impredecible nuestro futuro, situación que nos empuja más al incremento de la pobreza que a reducirla con medidas concretas que nos permitan un desarrollo continuo y sostenible en el tiempo, permitiéndonos utilizar adecuadamente los pocos recursos de que disponemos.
Y lo malo del caso es que esa falta de disciplina y previsión no solo la encontramos en los niveles más bajos de la pirámide social, porque si vemos el mercado asegurador encontraremos que los usuarios de estos productos de garantías, lo tienen en mayor magnitud los que acumulan bienes. Y decimos en mayor necesidad, porque aun los más pobres tienen una vida de la cual alguien depende, por lo que también necesitan asegurar el interés que tiene su vida para otras personas, como sus descendientes.
Ahora con el paso del huracán Irma, a los que trabajamos en el mercado como corredores de seguros, agentes y aseguradores, se nos acercaron cientos de personas en busca de seguros de huracán para sus propiedades, en el entendido de que las mismas son vulnerables a las acciones del viento o agua de dicho fenómeno. O sea, una total falta de prevención hacer grandes inversiones sin pensar en que las mismas pueden ser víctimas de un riesgo que pueden transferir a las aseguradoras por un costo muy por debajo del que tiene la propiedad a asegurar.
A diferencia del ciclón, huracán o inundaciones, y otros, no todos los riesgos son predecibles y cuantificables (en algunos casos). Tenemos el caso del terremoto, maremoto o tsunami. Pero tampoco podemos predecir un incendio o daño malicioso etc. Pero siempre entendemos que esas cosas no pasaran o no nos harán daños que no podamos reparar, pero son cientos de ejemplos que nos indican que si las cosas suceden con mucha frecuencia.
Pues bien, usted no puede pretender que si compra un automóvil, espera chocarlo para luego ir gestionar el seguro. ¿Cierto? Pues bien, si usted no ha tenido la previsión de hacer el seguro de Incendios y Líneas Aliadas, o sea, terremotos, explosión, huracán, daños por agua e inundación, daños maliciosos, entre otros. No pretenda que cuando se anuncia un huracán poderoso, encontrará una aseguradora que le dé cobertura, a menos que no le cobre una sobreprima demasiado alta, cuando el mismo contrato establece que 48 horas después de anunciar la existencia del fenómeno, la cobertura es nula.
República Dominicana está ubicada en el mismo trayecto de los huracanes, o sea, todos los años tendremos ciclones, pero también así como estamos en el trayecto del Sol, también estamos a riesgos de grandes terremotos, que pudieran ser mucho peor que los huracanes y que, en las peores circunstancias, dejarán al país en quiebra porque nuestros empresarios y Gobierno no entienden la necesidad e importancia de tener las propiedades fundamentales aseguradas contra los riesgos de la naturaleza y del hombre. Cuestión de sentido común.