Al reto que por más de medio siglo ha significado el sector eléctrico para el Estado dominicano, especialmente por el histórico déficit que le afecta, es materia de preocupación del economista Pavel Isa Contreras, quien considera equivocada la estrategia del gobierno de concentrarse solo en resolver el problema de la generación.
El gobierno del presidente Danilo Medina está tratando de evitar el costo político que implica implementar mecanismos agresivos para el cobro de la energía eléctrica.
“Atacar el fraude, literalmente, implica enfrentar sectores o grupos económicos medios y altos fuertes, pero también penalizar a los que se roban la energía. Esto también significa sacrificar aliados políticos dentro de las empresas distribuidoras que sabemos son contratistas de estas empresas, quienes establecen mecanismos de fraude a empresas y usuarios para ellos obtener beneficios”, sostuvo Isa Contreras.
Al no querer enfrentar esa realidad, entiende, lo que procura el gobierno es bajar el precio de la energía con las plantas nuevas a carbón y tener mayor capacidad de negociación con los productores privados y así meter en el sistema energía menos caro y así las pérdidas sean más bajas.
Sin embargo, afirma, el porcentaje de las pérdidas seguirá siendo enorme como proporción del total de la energía comprada y servida en el mercado.
Isa Contreras destaca el hecho de que la ley que penaliza el robo de energía no está funcionando adecuadamente, ya que no se quiere pagar el costo de hacer cumplir la legislación. “Esto implica que las pérdidas no se van a eliminar. Sólo se van reducir en valor porque la energía que entrará el sistema será más barata, pero como porcentaje seguirá igual”, apunta.
A su entender, las autoridades debieron atacar mediante una estrategia simultanea el problema eléctrico, vía la introducción de energía más económica, pero por el otro lado está la comercialización y cobro de la energía. Lo que no se sabe, dice, es si las autoridades se comprometerán con el segundo paso, pues es el que realmente ataca las pérdidas.
El economista plantea que las medidas que el presidente Danilo Medina ha echado para atrás debilitan al Estado en su institucionalidad y la necesaria señal de hacer cumplir las leyes. “A mi entender, el Presidente está apostando a mantener una alta tasa de popularidad, de tal manera que cuando salga del Gobierno continúe siendo una opción de poder. Él está apostando a la popularidad y está posponiendo algunos problemas”, sostiene.