[dropcap]U[/dropcap]n amigo periodista de largo ejercicio vive sorprendido cada día. “Este es el único país donde las autoridades denuncian los problemas en vez de resolverlos”, repite con frecuencia, al ver en los diarios declaraciones de funcionarios con carácter de prédicas espirituales. Lo recordamos a propósito del dolor de cabeza que desde hace meses padecen las alcaldías del Gran Santo Domingo con la administración del vertedero Duquesa.
La última denuncia del diligente Francisco Domínguez Brito, va en el sentido de que “(…) esos administradores deberían estar presos, porque violentan la ley de Medio Ambiente y de Salud (y) porque han hecho un manejo irresponsable de todo el proceso y de la disposición final de los residuos sólidos”.
El ministro de Medio Ambiente también viene predicando que debe haber “consecuencias jurídicas” en lo referente a la forma en que Lajun Corporation y sus socios locales lograron la titularidad de los terrenos donde opera Duquesa. Sobre este tema, legisladores sostienen que se trató de un proceso fraudulento e incluso algunos diputados reclaman el desalojo de la compañía de los predios.
Lajun alega que solo busca la rentabilidad en el manejo del vertedero. Para sus ejecutivos el problema se reduce a que solo reciben US$2 por cada tonelada de basura, que la media en la región es US$11 y que ellos en un acto de generosidad lo dejarían en US$9.
Para Domínguez Brito “la gente de Lajun juega, y yo les dije que en estos no va a haber juego”. En fin, que deje de predicar y actúe (como lo hizo el viernes ante la Fiscalía de Santo Domingo) con mayor energía antes de que la basura termine de ahogarnos a todos.