[dropcap]R[/dropcap]epública Dominicana se caracteriza por el activismo político. No bien se terminan unas elecciones cuando ya se están activando las nuevas aspiraciones. La actualidad no es diferente. El presidente Danilo Medina hizo modificar la Constitución de la República para aplicarse el beneficio de la reelección, lo cual alcanzó hace un año, por lo que ahora está en su segundo período gubernamental.
Su decisión causó serias lesiones internas en el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), al punto de que, aunque muchos se aventuran a hablar de una nueva reelección, pierden de vista que es muy difícil tener éxito en un tercer período consecutivo, además de que otros liderazgos del partido tratarían de impedirlo.
En esas circunstancias, el presidente Medina tiene un serio reto con miras a lo que se ve lejos (faltan tres años), pero que en realidad cada vez se acerca más: las elecciones de 2020.
Aunque muchos creen que su principal reto es cómo lograr una nueva modificación o “interpretación legal” de la Constitución para buscar nuevamente la reelección, la realidad es que el desafío va más allá de eso: tiene que garantizar la permanencia del PLD en el poder, pues no se puede dar el lujo de ser quien saque a su partido del gobierno.
Si el presidente Medina lograra un mecanismo legal para reelegirse podría tener la oportunidad, aunque arriesgada, de superar dos retos a la vez, el de volver a ser electo presidente por un tercer período y el de mantener su partido en el poder. Pero esa alternativa pone a su partido en un mayor riesgo de dividirse a niveles irremediables.
En caso de no lograr una nueva aspiración reeleccionista, el presidente Medina no se libera del desafío y la necesidad de hacer todo lo posible para que su partido siga en el poder, que el PLD no pierda estando en sus manos, que no le toque a él ser la persona que coloque la cinta presidencial a un presidente surgido de la oposición.
Ese escenario obligaría al mandatario a buscar un acuerdo con el expresidente y titular del PLD, Leonel Fernández, a los fines de llevar como candidato de ese partido a un “neutral” que no sea “ni tú ni yo”, pero que a la vez sea de la aceptación de los dos, para juntos luchar por mantener su organización política en el poder.
Esa figura “neutral”, necesitaría una cualidad adicional: la de una conducta intachable que nunca haya sido mencionada ni sospechada en el más mínimo acto de corrupción o inmoralidad. Una especie de “delfín” sin manchas y que simpatice a las dos tendencias que controlan el partido.
La semana pasada el presidente Medina se reunió con los dirigentes de los partidos aliados al PLD y llamó la atención el hecho de que se hizo acompañar de dos cercanos colaboradores: Gonzalo Castillo, ministro de Obras Públicas, y Andrés Navarro, ministro de Educación. Los dos gozan de buena imagen ante la sociedad, aunque el segundo, con menos rango político, es más admirado entre los hacedores de opinión pública.
Se puede decir que Navarro está en su mejor momento: dirige la más importante institución del Estado, con el mayor presupuesto que entidad alguna haya tenido en toda su historia, está desarrollando una labor elogiada por las mayorías y se ha sumergido en una agresiva campaña publicitaria que además de promover la educación también promueve su figura, pues hay un corte con sus declaraciones, no las del presidente Medina, sino las suyas.
Navarro luce completamente limpio, sin cuestionamiento de corrupción y el caso Odebrecht está completamente separado de sus acciones, lo que no ocurre con Gonzalo Castillo, que aunque está fuera de acusaciones, dirige una institución con un amplio historial de negocios con esa empresa brasileña bajo cuestionamiento.
No se sabe si Navarro es el “delfín” con que contaría el presidente Medina para superar el reto de mantener su partido en el poder; y tampoco se sabe si el “León” estaría de acuerdo con esa idea. Aunque no hay que desesperarse, pues faltan tres años, tampoco hay que descuidarse, pues la oposición crece y el tiempo corre, ahora “aparentemente” más rápido que antes.