El lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo pueden amenazar la estabilidad económica y financiera de un país, además de proporcionar recursos para realizar actos violentos e ilegales, asegura la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en un artículo publicado en la web de esa organización.
Por un lado, plantea Lagarde, los gobiernos deben aprovechar cada vez más el poderío de la tecnología financiera. Aunque esta tecnología puede ser abusada —como por ejemplo a través del anonimato de las monedas virtuales—, también puede ser una poderosa herramienta para fortalecer las defensas contra el financiamiento del terrorismo.
“Piénsese en el aprendizaje automático y otros mecanismos de inteligencia artificial que podrían contribuir a detectar patrones de flujos financieros sospechosos, incluso en transacciones de muy poca cuantía. Otro ejemplo es el de la tecnología de la “contabilidad distribuida” que podría ayudar a proteger los sistemas financieros del terrorismo cibernético”, sostiene Lagarde.
A su juicio, los funcionarios corruptos, los evasores fiscales y quienes financian el terrorismo tienen algo en común: suelen aprovechar las vulnerabilidades de los sistemas financieros para facilitar sus delitos.
Por ello, las medidas contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, conocidas por la sigla ALD/LFT, están concebidas para prevenir el uso indebido del sistema financiero. Prevén la detección, la notificación y el decomiso de flujos financieros sospechosos y la sanción de los infractores.
En ese sentido, plantea que el FMI ayuda a los países a intensificar la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal.
“La evasión fiscal a gran escala también es problemática porque suele redundar en una menor inversión en salud, educación y otros servicios públicos. También supone una mayor desigualdad económica porque cuando disminuye el gasto social los sectores más vulnerables de la población son los más afectados”, afirma.
Las medidas ALD/LFT pueden ayudar a interrumpir este círculo vicioso en la economía de un país. Un buen ejemplo, indica la alta funcionaria, es Grecia, donde el fortalecimiento del marco ALD, con la ayuda del FMI, facilitó la incautación de cientos de millones de euros provenientes de delitos fiscales.
Asimismo, propone: “Debemos contribuir a asegurar que las economías pequeñas y frágiles tengan acceso a los servicios de banca corresponsal que las conecten al sistema financiero mundial. Existe gran preocupación de que los bancos internacionales reduzcan sus actividades de banca corresponsal de forma indiscriminada para minimizar el riesgo de infringir las normas ALD/LFT”.
“Esto pondría en peligro el bienestar económico de varios países de África, Oriente Medio, América Latina, el Caribe y países de mercados emergentes de Europa, entre otros. Nuevas investigaciones muestran que entre 2011 y 2016 las relaciones de banca corresponsal ciertamente han atravesado dificultades en muchas regiones”, indica.
La buena noticia, a juicio de la gerente del FMI, es que el GAFI recientemente aclaró las expectativas normativas en el marco de las recomendaciones ALD/LFT. Esto puede reducir la probabilidad de que se produzca un repliegue indiscriminado de las actividades de la banca corresponsal.
“En todas estas esferas, debemos aumentar la cooperación internacional para poder erradicar en todos los países los flagelos del terrorismo, la corrupción, la evasión fiscal y la exclusión financiera. Esto, por supuesto, es una tarea permanente, porque los delincuentes suelen estar sumamente motivados y muchas veces cuentan con una gran especialización y están muy adelantados”, propone.