[dropcap]L[/dropcap]as autoridades monetarias han cumplido fielmente su responsabilidad ante la economía: mantenerla en crecimiento con una inflación controlada. La estabilidad relativa de la tasa de cambio es otro de los logros más destacables de esta gestión. Sin duda, es una referencia de cómo manejar una variable tan sensible para el resto de los sectores productivos.
No queramos siquiera imaginar qué hubiera sido de esta sociedad, del Gobierno, de la inversión extranjera y local; de la estabilidad democrática y política que vive y disfruta República Dominicana si no existiera certidumbre en las variables macroeconómicas, que hoy son la carta de referencia del país ante las agencias calificadoras e inversionistas.
Pero hay acontecimientos que no encajan con lo que en realidad sucede en la economía. Mientras por un lado la agencia calificadora de riesgo-país Moody’s mejoró la calificación de largo plazo de República Dominicana a “Ba3”, desde el nivel “B1” en que se encontraba desde el 2010, por otro aparece el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Isidoro Santana, diciendo que para mantener el crecimiento económico y conservar la estabilidad y crear un país más cohesionado es necesario lograr una reorientación de la economía.
En lo que sí hay que estar de acuerdo con Santana es que otro de los desafíos es lograr una economía más competitiva, capaz de desarrollar un sector exportador que pueda inducir el surgimiento de nuevas actividades formales.
Una mejoría en la calificación refleja el alto crecimiento económico continuo, la reducción del déficit fiscal observado en los últimos cuatro años y la disminución de las vulnerabilidades externas, según lo plantea Moody’s al mejorar la calificación al país.
Con una percepción diferente de la realidad están los miembros de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), cuyo presidente, Antonio Taveras Guzmán, consideró que el retiro de liquidez de la economía por parte del Banco Central busca evitar probables presiones a la tasa de cambio ante un aumento súbito de las importaciones.
A su entender, este comportamiento cíclico ratifica la urgencia de repensar los pilares del crecimiento en que descansa la economía dominicana “si queremos tener un país y una economía sostenibles en el tiempo”. Comentó que la reducción en un 9% del dinero en circulación parece responder a una planificación monetaria ante el incremento desmedido de un 8% de las importaciones en el segundo trimestre del año.
Uno de los aspectos que señala Moody’s es que en 2016 el sector público no financiero registró, por primera vez en diez años, un superávit primario de 0.1% del PIB. Según la calificadora, se espera que el déficit fiscal permanezca estable en los próximos dos o tres años, apoyado por una menor subvención al sector eléctrico y recortes en los gastos de capital, luego de que culminen varios proyectos de infraestructura en construcción.
El Banco Central, en respuesta a la preocupación de los industriales de Herrera, preocupados por la falta de liquidez en la economía, también tomó una decisión con miras a seguir incentivando la economía. Redujo en 2.2 puntos porcentuales el coeficiente requerido de encaje legal a las entidades de intermediación financiera, con efectividad a partir del 1 de agosto de 2017. Esto representará una liberación de recursos ascendente a RD$20,423.2 millones, los cuales serán dirigidos a los distintos sectores de la economía. A esta suma se agregan RD$2,051.77 millones que se encuentran pendientes de desembolsar para el sector agropecuario correspondiente a la liberación de recursos, hacia ese sector, autorizada mediante la Segunda Resolución del 8 de diciembre de 2016, y un remanente ascendente a RD$1,061.9 millones de las recuperaciones de los recursos liberados mediante disposiciones anteriores. El reto es entender la economía dominicana.