República Dominicana está catalogado como uno de los países con mayor cantidad de accidentes de tránsito por habitante. Eso no es un buen récord para un país que quiere lograr que lo visiten 10 millones de turistas al año; una meta conveniente no solo para el Gobierno, sino para todos, porque la buena economía depende de que nos visiten y se consuman nuestros productos. Pero eso solo lo conseguiremos si los turistas se sienten seguros en nuestras calles y comunidades, a las cuales impactarán positivamente.
Pero sucede que más del 70% de los asaltos que ocurren en las vías públicas se formalizan haciendo uso de motocicletas sin identificación; sin placa y menos sin seguros, por lo que desde siempre hemos venido abogando porque se identifiquen todos los vehículos que transitan en nuestras vías, y que los motoristas y motoconchistas tengan sus identificaciones bien establecidas, con obligación de contratar seguros para que puedan resarcir a los peatones y pasajeros por daños, debido al constantemente grado de imprudencia con que operan.
Cualquier propietario de una motocicleta puede reunir RD$1,000 para adquirir un seguro. Y los irresponsables de los importadores de estas “máquinas de muertes”, se los entregan sin ninguna condición, solo con el compromiso de pagar RD$100.00 mensuales. Tampoco el Estado no ejerce control a pesar de que eso incrementa constantemente las pérdidas, los asaltos y las muertes. Necesitamos que eso se detenga y que se les obligue a portar licencia de conducir, casco protector y chaleco identificado con la placa de la motocicleta. Acciones que hasta ahora los gobiernos no han ejercido por simple populismo barato, de no afectar al “padre de familia” que está contaminando la tranquilidad ciudadana.
Nuestros pueblos están arrabalizados por la enorme cantidad de motoconchistas y motoristas que circulan sin el menor control posible; sin reglas, sin prudencia y sin respetar a las autoridades que se han hecho los desentendidos para no entrar en conflictos con los conductores. Los motoconchistas que no respetan niños, mujeres, ancianos, los cuales deben transitar por las aceras ocupadas; cruzan semáforos con la luz en rojo, produciendo accidentes que nadie, en muchos casos, se hace responsables, porque, habitualmente, abandonan a las víctimas.
El artículo 1,382 y siguientes del Código Civil establece claramente la responsabilidad de todo el que produce daños a terceros. Y en el caso de un vehículo de motor, es responsable quien conduce la cosa inanimada y el que se beneficia de la misma, por lo que los ciudadanos deben aprender a demandar indemnización por las pérdidas materiales o lesiones que le producen conductores y motoconchistas irresponsables, lo que nos va ayudar a aplicar sanciones para los infractores de la ley.
Ya que a la buena no podemos disciplinarnos, las autoridades tienen que hacerlo aplicando la nueva ley de tránsito 63-17, la cual tiene penalidades muy fuertes, que van a darle en el órgano más sensible de los dominicanos, como lo es el bolsillo, y nos hará encontrar el sentido común.