[dropcap]“[/dropcap]El factor productividad siempre ha estado muy ausente en las discusiones del Comité Nacional de Salarios, siempre el énfasis es en la inflación, es decir, en recuperar lo que se pierde por inflación. En los últimos años la inflación ha sido mínima, de manera que ya es hora de que también se incorpore un factor importante, que es el incremento de la productividad”.
La afirmación la hace el exvicepresidente Rafael Alburquerque, experto en Derecho Laboral, y la recoge el informe “Salario mínimo de empresas privadas no sectorizadas: varias opiniones y una realidad”, del Observatorio Político de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
El documento de la Unidad de Políticas Públicas, coordinada por Greidys Joel Roa Chalas, señala que el sector empresarial ha expresado, en varias ocasiones, su negativa a que el Estado imponga la fijación de un sueldo mínimo, argumentando que debe ser la productividad la que determine el incremento salarial de los empleados.
Esta posición se sustenta, recuerda, en las teorías económicas que abogan por el libre mercado. “Sin embargo, en economías como la de República Dominicana, los datos revelan la necesidad de que el Estado intervenga, hasta cierto punto, en la fijación de salarios mínimos”, apunta. Cita un estudio del Banco Central que señala: “al cierre de 2013 el ingreso real promedio de los trabajadores dominicanos es prácticamente igual al vigente en 1991, pese a la productividad haber aumentado 82.5% en esos 22 años”.
Inflación
Los trabajadores debieron recibir al final de mayo un 13% de aumento en el salario mínimo del sector privado no sectorizado, como parte de un 20% aprobado en el Comité Nacional de Salarios (CNS), del que el 7% deberá ser aplicado el próximo 1 de noviembre.
Aunque el día 15 los patronos pospusieron la aplicación del aumento, en espera de una reclasificación de las empresas, el Ministerio de Trabajo advirtió que debía ser retroactivo al 1 de mayo.
La Funglode recuerda en su análisis que la tasa de inflación alcanzó cifras récords en 2003 y 2004 (27.45% y 51.46%), fruto de la crisis surgida tras las quiebras de varios bancos.
Esto llevó a que en 2004 se aplicara el mayor porcentaje de aumento salarial (43%), “para tratar de hacer frente el alto nivel que alcanzó la inflación”.
La tasa de inflación, uno de los indicadores considerados en los aumentos de los salarios mínimos, presenta hace años un “comportamiento cíclico aceptable” y el porcentaje de incremento en los sueldos se mantuvo constante, entre 14% y 17%.
Sin embargo, tal como observa el análisis de la Funglode, el costo promedio de la canasta familiar está “muy por encima” de los salarios mínimos de los trabajadores del sector privado no sectorizado.
Al cierre de marzo de 2017 la canasta básica nacional promedio costaba RD$29,013, mientras que los hogares de menores ingresos necesitaban RD$13,228 para adquirir una “cesta de alimentos aceptables”, dice el informe.
Tras la aprobación del 20% reciente, el valor absoluto del salario mínimo más alto será RD$14,546.49, que llegarán a ser RD$15,447.60 a partir del primero de noviembre. Los más bajos serían de RD$8,862.59 y RD$9,411.60.
Al descontar al trabajador el incremento en su aporte a la seguridad social, “el aumento real va desde RD$1,475.90, el más bajo, a RD$2,422.44, el más alto”, señala el estudio.
El salario mínimo más alto, el que pagan las grandes empresas, solo alcanza para comprar el 45% de la canasta familiar promedio nacional; el de las medianas el 31% y el de las pequeñas el 28%. “El sueldo mínimo de las empresas que brindan servicios de guardianes privados representaba (antes del aumento) el 38% del costo de la canasta promedio nacional”, señala.
La Funglode pondera la aprobación del 20%. Sin embargo, señala que para muchos trabajadores “no pasará de 8 puntos porcentuales respecto de su capacidad para adquirir la canasta nacional promedio, como es el caso de los empleados de grandes empresas”.
Considera el bajo nivel adquisitivo de los trabajadores con salarios mínimos como el principal indicador de la necesidad de incrementar los sueldos, ya que mejorar el poder adquisitivo de las personas “genera un ciclo que trae repercusiones positivas para diversos sectores”.
La fundación recuerda que con trabajadores mejor remunerados se eleva la demanda de productos por parte de los hogares, se impulsa mayor oferta de parte de los productores y se dinamiza la economía.
Ve factible una reclasificación
La Funglode recomienda instaurar algún método que permita que se realice un ajuste sistemático del salario mínimo y que “erradique el procedimiento actual, que genera confrontaciones entre los actores involucrados”. Entiende que el sector empresarial tiene razón en exigir la reclasificación de las empresas, de manera que la fijación de los salarios mínimos para los diferentes tipos de empresas refleje un comportamiento justo.
La entidad, encabezada por el expresidente Leonel Fernández, considera “propicia” la existencia de una política económica de carácter intervencionista para la fijación del salario mínimo.
“Cabe señalar que no se puede delegar en el sector privado la responsabilidad de elevar la capacidad de compra de quienes ganan los salarios más bajos”. “Los datos demuestran que, a pesar de que la productividad laboral ha tenido un constante crecimiento, el salario real se ha mantenido estancado”, dice. Sostiene que, aunque significativo, el aumento de 20% al sueldo mínimo “no es suficiente para resarcir la pérdida acumulada del poder adquisitivo de quienes devengan los salarios más bajos”.