[dropcap]E[/dropcap]l mundo de los bonos es amplio y hasta complejo en algunos casos. Existe un subgrupo de bonos que son los bonos rescatables, es decir, el emisor puede recomprar el instrumento de renta fija antes de su fecha de vencimiento.
Si los tipos de interés han bajado desde que la empresa realizara su primera emisión de bonos, la corporación muy probablemente querrá reestructurar su deuda a una tasa de interés más baja. En el caso anteriormente explicado, la sociedad ejecutará su opción “call” y emitirá sus bonos a una tasa más económica.
Con este tipo de bono, el emisor puede devolverle el principal al inversionista y parar de pagar intereses antes de la fecha de vencimiento. A modo de ejemplo, un bono con fecha de vencimiento en 2028, puede ser redimido en el 2018 por parte del emisor. Un bono redimible típicamente se redime ligeramente por encima de su valor facial.
A continuación, detallaré algunas de las ventajas y desventajas de los bonos rescatables o redimibles. Un bono rescatable paga un cupón más alto al inversionista que la de un bono no redimible. El emisor cuenta con cierto grado de flexibilidad en cuanto al plazo y monto a pagar al inversionista.
En algunos casos, las empresas pudieran ahorrar dinero a través de una emisión de bonos y de esta forma, financiarse a tasas más bajas que las que obtendrían con un préstamo bancario.
Una desventaja de los bonos rescatables es que el instrumento de inversión le saldrá más caro al inversionista, si lo comparamos con la emisión original de los mismos. Un bono redimible puede que no encaje con un inversionista conservador que dependa de ingresos recurrentes.