[dropcap]R[/dropcap]epública Dominicana ha logrado reducir la pobreza multidimensional en 11.8 puntos porcentuales, de 34.9% en 2012 a 23.1% en 2016, según un estudio realizado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo. Hay que admitir que ha habido una mejoría en los ingresos y, por vía de consecuencia, en algunas variables que indican vulnerabilidades en la población.
Habría que preguntarse desde qué punto de vista es necesario mirar la pobreza. Si es multidimensional, como efecto lo es, porque influyen diversos aspectos, lo importante sería identificar cuáles son las dimensiones con mayor espacio o ponderación en la desigualdad. La economía dominicana ha crecido de manera continua, pero ese valor que hemos agregado al producto interno bruto (PIB) no se ha reflejado en el bienestar de la gente.
La cantidad de recursos que el Estado ha destinado para subsidios, a pesar de esa reducción de la pobreza, ha aumentado significativamente en los últimos cuatro años. En 2012 se destinaron RD$11,113.3 millones, mientras que en 2016 fueron RD$14,602.7 millones, es decir, RD$3,489.4 millones más, equivalente a un 31.4%. No hay explicación lógica que justifique una reducción de la pobreza multidimensional en un 11.8%, mientras por otro lado aumentan los recursos a programas de subsidios. Esta información está sustentada en los datos de Administración de Subsidios Sociales (ADESS).
El número de personas que recibe algún subsidio del Estado pasó de 831,811 en 2012 a 983,227 en 2016, o sea, un aumento absoluto de 151,416, equivalente a un 18.2%.
Las cifras del estudio de Economía, Planificación y Desarrollo establecen que el principal determinante de la caída de la pobreza multidimensional de 2012 a 2016 fue el mejoramiento en el ingreso del hogar (30.5%), seguido de la posesión de bienes duraderos (12.3%), provisión de agua potable (9.5%), logros educativos (9.3%) y hacinamiento (7.3%). Si es así, entonces habrá que revisar la política de subsidios del Estado.
Es de lugar reconocer que el Gobierno tiene el compromiso de pobreza 0 al 2030, de acuerdo con la Agenda para el Desarrollo Sostenible. “Creo que si se mantiene una política coherente y se logra mejorar la capacidad de gestión del Estado, eso podría conseguirse”, sostiene el ministro Isidoro Santana. Las cinco dimensiones tomadas en cuenta son: vivienda, servicios básicos, estándar de vida, educación, empleo y protección social.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que lidera el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) desde 2010, cuando lo publicó por primera vez, sostiene que ciertamente es un problema que debe verse desde diversas perspectivas. Para su elaboración, la entidad identifica carencias en las tres dimensiones del Índice de Desarrollo Humano (IDH) y revela el número de personas multidimensionalmente pobres (que sufren carencias en un 33% o más de los indicadores ponderados) y el número de carencias que suelen padecer los hogares pobres.
Aconseja un desglose por región, origen étnico y otras agrupaciones, así como por dimensión, lo que lo convierte en una herramienta importante para los encargados de la formulación de políticas.
Reconocer los esfuerzos del Gobierno con miras a reducir la pobreza es de orden, pero también lo es si se toma en cuenta que la mirada al reto también debe ser multidimensional.