[dropcap]“[/dropcap]El reto más grande que tenemos en República Dominicana es educar al pueblo para que entienda que la fiducia es, en mi opinión, la mejor plataforma para realizar negocios, porque ofrece seguridad jurídica, una base legal súper buena y se ampara en una ley muy avanzada para el país”.
Luis A. Rodríguez Diloné preside Partners Fiduciarios establecida en Santiago, en donde ve grandes oportunidades de negocios para su firma, tanto en el desarrollo del mundo hipotecario como para los sectores agrícola, exportador e industrial que son impulsados por la región del Cibao.
“Santiago y la zona del Cibao nos mantiene, diríamos un poquito más adelantado que aquí en la capital; he visto que en Santo Domingo hay una industria basada en el servicio, ya sea financiero, bancario o gubernamental, pero los centros de producción del país se concentran en el Cibao”, sostiene.
Rodríguez Diloné laboró para Merrill Lynch en diversas sedes internacionales, en las que ocupó posiciones como Director de Banca Privada y Banca de Inversión en Los Ángeles; Vicepresidente de Asesoría Financiera en Nueva York; Vicepresidente de Mercados Capitales y Banca de Inversión en Londres, Inglaterra, y Asociado de Valores de Renta Fija, en Frankfurt, Alemania.
Aliados
Explica que su firma cuenta con dos socios en el país y uno en el exterior, además de estar en un proceso de expansión. “Tenemos una diáspora bien grande de República Dominicana y consideramos que es un mercado bastante interesante para ofrecerle los servicios fiduciarios; no solo de administración de patrimonio, sino también la adquisición de su vivienda y de apertura de negocios”.
Los dominicanos siempre quieren retornar a su tierra y Rodríguez Diloné entiende que pueden tener una forma más transparente y segura de adquirir una vivienda a través de un fideicomiso de desarrollo inmobiliario. Además, dice, si tienen la oportunidad de “colectar un capital suficientemente interesante” pueden constituir una administración patrimonial con cláusulas que garanticen su legado a sus descendientes.
Recuerda que las firmas como Partners Fiduciarios están obligadas a rendir cuentas al cliente varias veces al año. Además, tienen la supervisión del Estado, a través de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) y asentar cada fiducia en las distintas cámaras de comercio y producción.
Explica, por ejemplo, que para un desarrollo inmobiliario, su firma toma en cuenta tres puntos de equilibrio: uno “legal” que garantiza el apego del proyecto a las normas establecidas y, sobre todo, a la titularidad de cada inmueble ofertado; uno “técnico”, que vela porque la arquitectura, los planos, la electricidad, las calles, etc., se correspondan con lo ofertado, y un tercer aspecto de “equilibrio financiero” que garantice su ejecución y viabilidad.
“Para dar más seguridad financiera al adquiriente, si el proyecto no llega a cierto punto de equilibrio financiero a través de las ventas, y no va a haber la capacidad de flujo de efectivo para terminarlo, entonces inmediatamente, bajo la fiducia, devolvemos el dinero”.
Mercado incipiente
Rodríguez Diloné mantiene grandes expectativas de desarrollo para la fiducia en República Dominicana. “La ley que la rige pasó en junio de 2011, el reglamento en 2012 y la normativa en enero de 2015”. Entiende que, aunque hubo un limbo entre la creación del reglamento y la normativa, el Gobierno y los reguladores en sentido general “hacen buen trabajo para impulsar la figura”.
En ese contexto cita la iniciativa de la Red Vial, que administra varios peajes bajo un fideicomiso, así como el proyecto inmobiliario de viviendas de bajos costos que se desarrolla en Ciudad Juan Bosch.
Entiende que, aunque existen unas 19 compañías en el sector, de las que 16 están activas, el país requiere seguir fortaleciendo el proceso de educación para que la fiducia se desarrolle a plenitud en República Dominicana.
“En Colombia se ha desarrollado suficiente la fiducia, en Perú todos los contratos gubernamentales son bajo fiducia, en Argentina tú no construyes si no es bajo una fiducia, en Panamá se está construyendo ahora bajo fiducia, como ocurrió, por ejemplo, con la ampliación del Canal de Panamá”.
Insiste en la necesidad de educar a la población que requiere adaptarse a una nueva cultura. “Los negocios no se cambian de la noche a la mañana, por el famoso adagio: ‘si no está roto, no lo arregles’”.
“Nosotros manejamos 12 fideicomisos y ahora mismo estamos en el proceso de adquirir el registro nacional del contribuyente para dos más; es decir, que si Dios quiere vamos a cerrar este año con 14, y para nosotros esa es una recepción muy buena de nuestra forma de negocio”, refiere.
“Lo que yo he traído es una serie de experiencias que me hacen sin semejantes en el país ahora mismo. Eso es una ventaja”, dice, al explicar su decisión de retornar y establecerse en Santiago. Dice que además decidió tomar un poco de distancia del ajetreo de los banqueros de los países desarrollados y, además, tiene la intención de estar más cerca de su madre.
Sobre su firma, sostiene que “somos una de las primeras fiduciarias independientes en el país”. “Eso significa -agrega- que no estamos añadidos a ningún grupo económico y, de verdad me puedo sentar y cumplir con la fiducia que es mostrar al cliente las mejores opciones que hay en el mercado, en República Dominicana o a nivel internacional, ya sea para administración patrimonial o para una nueva idea que tenga”.
Sostiene que debido a su experiencia desarrolla una amplia red de profesionales que agregan valor al servicio que ofrece. “Puedo mencionar un ejemplo, sin citar nombre, hemos ayudado a un cliente dominicano a abrir una cuenta en el mercado de Europa para mantener la paridad del dólar con el euro; él fue a varias instituciones financieras y yo fui quien tuvo la oportunidad de ayudarle, debido a los contactos internacionales por la experiencia global que tenemos”.
“Nosotros somos un aliado; mi único concepto es que el cliente sea exitoso, porque si es exitoso, yo voy a ser exitoso maximizando sus beneficios y minimizando sus riesgos”, dice.
Acerca de Luis A. Rodríguez Diloné
“He sido dichoso en mi vida; he acumulado, a través de los últimos 25 años, una serie de experiencias que creo que pueden ser muy importantes para ayudar en mi país”. Después de estudiar Administración de Empresas en APEC, Luis A. Rodríguez Diloné ingresó a la Universidad de Columbia, Nueva York, en la que cursó una maestría en Ciencias de las Finanzas Internacionales.
En la Universidad Thunderbird School of Global Management Glendale AZ obtuvo el título de Maestría Ejecutiva de Administración de Empresas y cursó los programas Fideicomiso y Planificación Patrimonial, Manejo de Cartera de Valores, Planificación Financiera y Estructuras de Deuda en la Universidad de Penn State, World Campus, de Philadelphia.
Su hoja de experiencia resalta que “ha asesorado diversas entidades en Estados Unidos en el manejo de portafolios de inversiones, fideicomiso y planificación financiera”.