El crecimiento del 4.1% del producto interno bruto (PIB), dado a conocer el jueves último por el Banco Central, ha levantado sospechas y dudas. Hay algunas variables o indicadores económicos que no se ajustan a lo que realmente sucedió con la economía dominicana durante 2013.
De hecho, el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) está sorprendido por el nivel de crecimiento que anunció el Banco Central. Todo indicaba, por lo menos hasta septiembre de 2013, que el ambiente se presentaba un tanto recesivo, tomando en cuenta las estadísticas oficiales conocidas durante los primeros nueve meses del año. El crecimiento de 7.2% en el último trimestre no aparece justificado en las principales actividades que mueven la economía.
Los datos a septiembre fueron lo suficientemente elocuentes, presagio del cierre que debió suceder. Por ejemplo, las importaciones de petróleo, que es un insumo vital para todas las actividades que mueven la economía, habían decrecido en un 6%. No se puede realizar ninguna actividad productiva si no hay combustible.
Cuando vemos las importaciones totales, incluyen bienes de capital, materia prima, insumos y otros, que son de suprema importancia para ver si la economía los está requiriendo o demandando para la producción o manufactura, los números establecen una caída. De US$17,761 millones importados en 2012 este renglón pasó a US$16,896.5 millones en 2013, una reducción de US$864.5 millones, equivalentes al -4.9%.
Las importaciones de mercancías generales (nacionales) decrecieron 4.9% a diciembre, al pasar de US$14,938.8 millones en 2012 a US$13,899.4 millones el año pasado. La caída absoluta fue de US$1,039.4 millones. Dentro de este renglón, las importaciones de petróleo, un indicador que utiliza Estados Unidos para medir el comportamiento de algunas economías con cifras que pudieran ser no tan creíbles, bajaron de US$4,810.4 a US$4,458.8 millones, una reducción absoluta de US$351.6 millones, equivalentes a 7.3%.
Ahora bien, cuando nos vamos a las importaciones de combustibles, como indicador que refleja en realidad lo que sucede en economías como la dominicana, se demuestra la verdad. Este país no produce petróleo, pero sí lo necesita para todo.
Por ejemplo: si una familia se va de fin de semana para un resort necesitará combustible desde que deja la casa y llega al hotel a pasar sus vacaciones. La energía eléctrica con que el hotel ofrece comodidad, seguridad, alimentación, diversión o hasta excursiones requiere de combustible. Difícilmente se vayan todos en bicicleta. Pero lo mismo sucede con las tiendas, plazas o empresas que transforman materia prima en cuanto a la demanda de energía.
Las importaciones de combustibles nos dan un indicador más claro de que no es posible el nivel de crecimiento al que se refiere el Banco Central, pues estamos viendo que las importaciones totales decrecen -4.9%, las nacionales 7%, entre las cuales la factura de combustibles de redujo en 7.3% y alrededor de un 5% en términos de volumen.
¿Por qué es importante en el caso de República Dominicana tomar en cuenta las importaciones como indicador del crecimiento económico? La respuesta es sencilla: este país no es productor de materia prima o insumos para la producción, es una economía pequeña que necesita importar de todo para producir, consumir y exportar.
La lógica indica que si hay menor importación de bienes de capital y de consumo es porque hay menos actividad económica. Si hay mayor inversión es porque hubo nuevas maquinarias, por ejemplo, pero eso no sucedió el año pasado. El sector industrial apenas creció 0.5%, o sea, un estancamiento de la manufactura local.
Las estadísticas del Banco Central también establecen que si se excluyen las importaciones de petróleo y derivados, la situación demuestra una caída de US$687.8 millones, para un -6.8%, al pasar de US$10,128.4 millones a US$9,440.6 millones. Los resultados de 2013 están, incluso, por debajo de los de 2011 cuando las importaciones no petroleras fueron de US$9,862.9 millones. Estos números, en sí mismos, cuestionan el crecimiento de 4.1% que publicó el Banco Central.
Todo indica que en la economía local, como tal, todavía fue más fuerte el impacto del constreñimiento de las actividades productivas. Las importaciones son un reflejo directo de la actividad económica en economías pequeñas que, como República Dominicana, deben importar todo lo que necesitan para producir bienes para el consumo interno y para la exportación.
Como país, República Dominicana no es ni parecida a Brasil, Estados Unidos, Argentina, China, Alemania, Japón, India o Inglaterra, entre otros países poderosos que sí producen bienes de capital, para no tomar en cuenta las importaciones como referente. Está claro que si hay menos importación es porque hubo una menor demanda de bienes en la economía.
Los economistas del CREES sostienen que los combustibles son un indicador confiable para mejor la actividad económica, ya que hasta el mercado informal necesita moverse y generar ingresos, para la cual debe transportarse.
Operaciones del ITBIS
¿Qué son las operaciones del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS)? Son todas las ventas que se realizan dentro de la economía que son reportadas a Impuestos Internos (DGII). Ya sea que paguen o no impuestos, todas las operaciones se reportan al fisco. Para tener una idea de lo que sucedió en términos reales sólo hay que descontarle el efecto de los precios. Aunque aquí también habría que buscar justificaciones del 3.88% de inflación en un año en que se ejecuta o se implementa una reforma fiscal que por gravedad implicaría una mayor inflación.
Las estadísticas oficiales establecen que las operaciones del ITBIS, o sea, las ventas totales, decrecieron en 1%. Esto incluye bienes de consumo final y bienes intermedios. Aunque es bueno señalar que estos datos de DGII sólo están a noviembre. Habrá que esperar lo que sucedió en diciembre.
Exportaciones
La minera Barrick Pueblo Viejo, que lleva casi dos años extrayendo oro y otros minerales del yacimiento en Cotuí, tuvo la llave salvadora en el caso de las exportaciones. El metal amarillo por sí solo creció un 559.8%, al pasar de US$174.7 millones, en 2012, a US$1,152.6 millones en 2013, una variación absoluta de US$977.9 millones.
Sin embargo, las exportaciones totales, entre las que se incluyen las minerales, apenas crecieron 5.8%. En este indicador, que tiene que ver con la industria y la utilización de bienes de capital, la producción de azúcar para exportación bajó de US$200.6 millones a US$140.6 millones, un caída absoluta de US$60 millones, para un -29.9%.
Igual sucedió con las exportaciones de café y sus manufacturas, que decrecieron un 55.9%, al pasar de US$34.5 millones a US$15.2 millones. Es bueno aclarar que este sector se vio muy afectado por la broca y mosquita blanca, lo que provocó que miles de agricultores abandonaron los campos. El gobierno había dispuesto poco más de RD$280 millones para combatir la enfermedad, pero los recursos fluyen como suero de miel de abejas.
Las exportaciones de tabaco también cayeron en -23.3%. Pasaron de US$11.6 millones a US$8.9 millones. El ferroníquel también se comportó en negativo al pasar de US$167.3 millones a US$156.5 millones, una caída absoluta de US$110.8 millones, para un -41.5%.
Ahora bien, para 2014, que el Banco Central estima un crecimiento de hasta un 5%, habrá que sacar el efecto multiplicador que tuvo el oro con ese crecimiento de casi un 560%, y que la capacidad de producción de Barrick Pueblo Viejo está casi al punto, lo que significa que el crecimiento no será exponencial como sí sucedió ahora.
Inversión extrajera directa
Otro de los indicadores de mayor ponderación en la economía es la inversión extranjera directa (IED), la cual también perdió terreno el año pasado al compararla con los resultados de 2012. Los números del Banco Central establecen que pasó de US$3,142.4 millones a US$2,078.6 millones, una caída absoluta de US$1,063.8 millones, equivalentes a -33.9%.
Turismo, zonas francas y remesas
Tres los sectores más importantes en la generación de divisas son turismo, zonas francas y remesas. Todos terminaron en números verdes. Sin embargo, su ponderación dentro del PIB no impidió una depreciación o pérdida del valor del peso dominicano frente al dólar.
Según el informe preliminar de la economía, el sector de zonas francas creció 2.5%, hoteles, bares y restaurantes experimentó un crecimiento de 6.3%, las remesas en 3.3%. La moneda se devaluó en 5.6%.
En cuanto a la actividad Hoteles, Bares y Restaurantes, el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, señaló que los ingresos por turismo crecieron 7.5%, logrando sobrepasar por primera vez los US$5,000 millones la partida Viajes de la Balanza de Pagos, alcanzando un nivel récord de US$5,089.8 millones, un incremento de US$353.5 millones respecto a igual período de 2012.
El ritmo de pérdida de valor del peso dominicano fue tan acentuado que las autoridades monetarios utilizaron cerca de US$800 millones de las reservas para frenar el proceso, pero no fue suficiente, razón por la que se vieron obligadas a subirles 200 puntos básicos a la tasa de política monetaria, la cual había llegado al 4.25 como forma de dinamizar la economía que durante el primer semestre se estancó. El movimiento de la tasa de cambio también guardó una relación estrecha con la liberalización de los RD$20,000 millones del encaje legal dentro de la política de flexibilización y expansión del crédito para dinamizar la economía.
El vicepresidente ejecutivo del CREES, Ernesto Selman, y el economista de la entidad Miguel Collado Di Franco cuestionan cómo es posible crecer si la economía demandó menos combustibles. Estos expertos han analizado este indicador del crecimiento en economías de América Latina.